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SANTIAGO DE CHILE.— Julio Velarde Flores, presidente del Banco Central de Reserva de Perú (BCRP), se muestra optimista respecto a las perspectivas económicas mundiales de cara a 2015.

Aunque destaca que habrá países que tendrán que realizar ajustes y afrontar su déficit, como Brasil, prevé una recuperación casi general, excepto en el caso de Europa.

“Se está esperando una recuperación, (en Perú) estimamos crecer cerca de 5%; en el caso de Chile también se anticipa un ligero rebote; en Estados Unidos sí se prevé un buen crecimiento el próximo año; China está ligeramente encima de 7%; Europa sí es un poco problema, pero espero que se tomen las medidas adecuadas”, dice este economista que desde hace 8 años preside la institución.

En cuanto a México, menciona que a pesar de las protestas por la violencia en Guerrero, “los fundamentos siguen ahí”, pues las reformas estructurales finalmente se hicieron.

“México va a tomar su presión normal y se recuperará. La apertura del campo energético a la inversión extranjera va a ayudar también en el desarrollo. Habrá que ser optimistas, pues las noticias malas desaparecen cuando hay fundamentos”.

¿Cuáles son sus perspectivas económicas para el próximo año, tomando en cuenta que durante la crisis América Latina fue la región que más creció y actualmente reporta afectaciones?

—Vamos a crecer; hay países que se van a llevar unas políticas que sólo se pueden sostener con pesos altos, hay otros que tienen que hacer su tarea de ajuste. Muy probablemente Brasil va a tener que afrontar su déficit, y eso tiene algún impacto también sobre pérdida económica en el corto plazo; hay otros países que son más prudentes en cuanto a las cuentas fiscales; pondría entre ellos a Chile y Perú. Por ejemplo, el año pasado tuvimos un superávit fiscal de 0.9%, eso da cierto margen.

Para la región siempre se vio a Brasil como la gran potencia; sin embargo, hoy vemos que aplicaron políticas que no iban a ser sostenibles. ¿Cree que es una gran decepción lo que está pasando?

—La inversión no ha crecido a ritmo suficiente. Sin duda (ese país) sí tiene algunos problemas estructurales que afrontar; segundo, como para todo el resto de la región, tiene problemas con la economía muy cerrada. Nosotros tenemos frontera con cinco países, el más grande, Brasil; le exportamos menos que a Ecuador o Bolivia, y es por lo cerrado.

Hablando en términos macro, ¿cómo ve la perspectiva económica mundial y para América Latina para 2015, tomando en cuenta que el crecimiento de algunos países fue muy limitado?

—Se está esperando una recuperación, esperamos crecer cerca de 5%; en el caso de Chile también se prevé un ligero rebote; depende mucho de los países. En Estados Unidos, sí se anticipa un buen crecimiento el próximo año; China, el escenario básico de todos los analistas, está ligeramente encima de 7%, la preocupación por China está más hacia el futuro; Europa sí es un poco problema, pero espero que ya tomen las medidas adecuadas.

¿Cuáles considera usted que son los focos rojos para la economía mundial el próximo año? ¿Japón yel resto de Asia, o Europa, Rusia?

—Japón felizmente no ha vivido unas devaluaciones competitivas como el resto de Asia. Yo temería que Corea sí pudiera devaluar, también de repente otros países, comenzar esa senda de repetición, podría ir también cayendo el yen, en gran medida podría no ocurrir, porque la gran parte de producción de empresas japonesas está fuera de Japón. Y en Europa, el gran riesgo es que se transforme en un nuevo Japón, el sentido real de toda inflación y un problema de estancamiento largo, pero creo que son conscientes las naciones europeas y ojalá tomen las medidas para salir lo antes posible de esto.

Sobre América Latina, por mucho tiempo se focalizó la violencia en Colombia, pero actualmente el crimen organizado está focalizado en México. ¿Le preocupa, en el caso de Perú, la violencia y lo que sucede en México?

—Sí claro, nada más que Perú es un importante productor de cocaína, y los carteles colombianos ahora son carteles mexicanos, y algo que no existía hace cinco años, que son las ejecuciones a cargo de sicarios, han comenzado a crecer fuertemente, y esto sí nos preocupa obviamente. Pero esta inseguridad es un problema no sólo de México, sino de toda la región, ha ido creciendo y puede afectar inversiones. En un clima inseguro, las inversiones tienden a caerse.

¿Han tenido afectaciones directamente las inversiones de Perú, las puede cuantificar?

—No me atrevo a dar un número, obvio que tiene algún efecto, creo que para medianos y pequeños empresarios es un problema grande. ¿Qué tan grande es el efecto al final? Es difícil medirlo, hay que recordar que países donde ha habido esto han tenido crecimientos reales bastante altos por un tiempo.

México tenía una gran participación en América Latina, y de repente, perdió su liderazgo en la región.

—Sí, debe mirar más hacia América Latina, y creo que la Alianza del Pacífico es un paso. México tiene una influencia importante en Centroamérica. La banca colombiana penetró fuertísimo, invadió 50% de la banca centroamericana, y la banca mexicana prácticamente no ha entrado, sólo Banorte es más grande que los bancos colombianos que andan circulando, pero simplemente no ha dado ese paso.

También en el caso de México, en los últimos dos años se manejó mucho que el país vivía “su momento”, que era transformador, lo ponían como ejemplo de reformas estructurales, se le hizo una gran campaña a nivel mundial y hoy vemos como se ha desinflado.

—Creo que hay un optimismo muy grande, a veces exagerado en los años anteriores, muy positivo frente a México, creo que los fundamentos siguen ahí, las reformas se han hecho, hay un momento de protestas políticas, pero en todas parte del mundo ocurren estas protestas. El tema de los 43 estudiantes ha sido noticia en todas partes, supongo que México va a tomar su presión normal. El país norteamericano se recupera a pesar del precio del petróleo, la apertura del campo energético a la inversión extranjera va a ayudar también en el desarrollo de gas y petróleo, hemos de ser optimistas, no espere que alguna noticia mala nos deje un impacto infernal, porque felizmente las noticias malas desaparecen cuando hay fundamentos.

¿No considera que se sobrevendió una expectativa?

—Lo que pasó es que en ese momento hubo una excepción con otros países emergentes, comenzó la excepción con respecto a Brasil, India misma se está viendo afectada, ni hablar de Rusia, entonces a México le ayuda que otros países estuvieran mal porque hizo que destacara mucho más, pero le ha ido bastante bien.

¿Usted ve una llegada de inversiones a México por la apertura del sector energético?

—Sí, definitivamente, estamos hablando de protestas, violencia, pero obviamente el sector energético está acostumbrado a estar en los escenarios más peligrosos de todo el mundo. No creo que afecte mucho, lo que puede repercutir es el precio, hay que recordar que a comienzos de este siglo el precio estaba en 11 dólares por barril.

¿Cómo ha visto el papel del G-20, porque muchos analistas consideran que no ha tenido la fuerza suficiente para hacer los cambios necesarios?.

—Es que es muy difícil, ha habido aumentos de esfuerzos coordinados muy grandes, creo que ha sido más el G7, hay que recordar que los bancos centrales de los países más grandes se coordinaron para hacer un esfuerzo importante; cuando hay la necesidad y la urgencia de coordinar en beneficio propio esto tiende a darse, cuando es una cosa más general, obvio que los países regresan a los intereses propios.

¿Cómo ve el papel del FMI y del Banco Mundial? ¿Considera que hay que hacerle cambios para que sea más democrático y los países tengan mayor peso y participación?

—Creo que deben reflejar la nueva situación del mundo. El FMI está reflejando la situación imperante después de la Segunda Guerra Mundial.

La creación del swaps de monedas entre naciones del BRIC (Brasil, China, India, Rusia y Sudáfrica) responde un poco a que los países emergentes no se sienten representados por el FMI.

¿Cree que van a empezar a buscar sus propios mecanismos de financiamiento? ¿Esto debe ser una llamada de alerta para el FMI?

Sí. El primer fondo asiático a finales de los 90 fue un poco bloqueado por los países más grandes, pero sobrevivió, incluso Japón lo está impulsando con mucha fuerza; el segundo fue formado y ya tiene una oficina permanente. Hay un sostén en cuanto a recursos, son países con reservas muy altas, China en primer lugar, Japón y Corea, y va el resto del sudeste asiático.

Hay un fondo monetario árabe, hay un fondo tipificando reservas en donde a México le falta entrar. Hay una creación mayor de fondos regionales, y en parte responde a que no se está reflejando el peso actual de los países en organismos como el FMI, creo que hay la voluntad de trabajar, el problema es de los que tienen el peso mayor ahora.

¿Considera usted que el FMI mide de la misma manera a Europa y a América Latina?

—Creo que a veces ha tenido programas un poco fuertes, pero no están diciendo qué debe hacerse a cada momento. En el caso de Europa, no han tenido el poder pleno, hay que recordar que es una troika, ha sido la Unión Europea misma, el Banco Central Europeo y el FMI, el problema es que tampoco ha tenido tanto peso. Pienso que son los problemas de los países de una moneda que sí es de reserva, como es el euro, y no considero que el FMI deba participar. La única moneda de reserva era el dólar, y ahora el euro también, es un problema que han debido arreglarlo ellos solos y no el FMI.

¿Se podría ver a Perú haciendo también un fondo con los países que lo rodean?

—Existe el Fondo Latinoamericano de Reserva, está Perú, Costa Rica y siete países de Sudamérica. No está el país más grande, que es Brasil, obviamente no está México, pero lo que pasa es que son muy pequeños, no tiene el apoyo de un país con las reservas que tienen naciones como China o Japón.

Hay un problema interno, es que las economías, los PIB, han crecido a un ritmo mayor que el propio FMI, éste ha quedado de un tamaño no tan grande para las tareas que debiera de asumir.

¿Usted siente que hasta cierto punto ha quedado rebasado y por eso la insistencia de aumentar las cuotas?

—Incluso frente al PIB mundial, ha quedado reducido el capital del fondo, puede prestarle a los países pero no a los mercados, y el PIB mundial ha crecido muchísimo menos que lo que han crecido los movimientos de capital y la liquidez de activos en el mundo.

Los organizadores más grandes de portafolio manejan 70 trillones de dólares, más o menos como el PIB mundial, frente a eso cualquier institución de apoyo palidece completamente; sólo 1% de eso es más grande que cualquier flujo bruto de ingreso o salida anual de emergentes que hubieran estado bien. Sencillamente, las magnitudes son muy grandes y, desgraciadamente, nuestros mercados de Latinoamérica son poco profundos.

Ahora que toca este punto, ¿usted considera muy complicado hacer un bloque de América Latina?

—Creo que a Asia-Pacífico ha sido muy útil en momentos de crisis, a veces tener un grupo que permita separarse del resto es importante, más importante para Colombia, Chile y Perú que para México, que es más grande, pero sí nos ayuda.

Y en la parte del Mercado Integrado Latinoamericano (MILA), ¿considera que es como un primer esfuerzo o avance de hacer un bloque?

—Yo considero que sí, pero ya hay pequeños avances, los mostramos nosotros en emisión de bonos corporativos, o incluso del tesoro. Gran parte de los compradores de estos bonos son de Perú, Colombia y Chile, ya se está dando algo de integración, todavía está en pañales, pero está comenzando de una forma o de otra.

¿Y usted ve este esfuerzo del MILA, como algo que pudiera llevarse también a monedas?

—Es complicado, porque los ciclos económicos no son iguales. Colombia estuvo subiendo su tasa, mientras Chile, Perú y México las bajaron, son ciclos distintos y todavía el comercio entre nosotros es sumamente bajo, y después de ver la experiencia europea, la tarea es mucho más complicada. Uno no tiene el mismo marcaje frente a la unión monetaria y probablemente también es un caso de tranquilidad fiscal, es un paso muy avanzado.

Mundialmente, Bolivia ha sido una gran sorpresa, tomando en cuenta el régimen político con el que cuenta. ¿Cómo ha visto el avance de la izquierda en América Latina y las repercusiones que está teniendo?

—Son ciclos que se han presentado en un momento dado. Lo bueno es que muchos países de la región han aprendido a manejarse más responsable fiscalmente hablando, se pueden nacionalizar empresas, pero han aprendido que los desequilibrios fiscales pronunciados causan problemas muy graves, y creo que es el caso de países dependientes de esa orientación política. El ejemplo de Chile es bastante claro, donde incluso ahora el partido comunista y sus políticas macroeconómicas son bastante responsables.

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