El débil desempeño de la economía mexicana en el primer semestre del año llevó al Banco de México (Banxico) a recortar su perspectiva de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para 2015, el cual se situó en un intervalo de entre 1.7% y 2.5%, inferior al previo, que iba de 2% a 3%.
Para 2016, la junta de gobierno del banco central del país decidió mantener el intervalo entre 2.5% y 3.5%.
En la presentación del informe trimestral de inflación de abril-junio, el gobernador del instituto, Agustín Carstens, dijo que el consumo privado se recuperó en estos primeros meses del año, aunque a ritmo moderado.
Reiteró que si la situación lo amerita el banco central puede subir la tasa de interés antes que la Reserva Federal (Fed), aunque lo mejor, dijo, será realizarlo en una reunión programada.
El 21 de septiembre de 2015 el Banco de México hará su próximo anuncio de política monetaria. Se espera que cuatro días antes la Fed dé a conocer su decisión sobre las tasas de interés, y según analistas es muy probable que se asuma esa medida.
A este panorama se suma un contexto económico complejo agravado por la devaluación del yuan chino, por lo que Carstens hizo un llamado a mantener la solidez macroeconómica, finanzas públicas sanas y a estabilizar la razón deuda-PIB a mediano plazo, así como a fortalecer las instituciones para respaldar el buen funcionamiento de la economía.
Tipo de cambio. El gobernador del Banxico resaltó que el esquema flexible del régimen de paridad cambiaria en México tiene como ventaja ayudar a absorber los choques externos.
Dijo que se espera que la depreciación del tipo de cambio se dé de forma ordenada y que no genere otros problemas por el lado financiero o del anclaje de la inflación.
Agustín Carstens comentó que el Banxico monitoreará el comportamiento de la paridad peso-dólar y cuidará que se cumpla el mandato de procurar una inflación baja y estable, y que el efecto del tipo de cambio no impacte significativamente el proceso de formación de precios en la economía.