Cada cierre de año suele venir con una revisión de lo que hicimos —y de lo que no— y conlleva también un cierre de ciclo a todos niveles, tanto personal como profesional. Seguramente al final de 2016 te estableciste metas para este 2017 que está por terminar. Ahora llega el momento de entrarle a la reflexión.
“A fin de año llega el momento de reflexionar sobre metas que nos propusimos en distintas áreas de nuestras vidas; sin embargo, necesitamos darnos paso a la aceptación de que habrá cosas que no fueron lo que realmente dijimos que iban a ser”, explica Gabriela Arce, coach de vida y mindfulness. Quizá cada año tengas, como quién sabe cuántos millones de mexicanos más, meterte al gimnasio, ahorrar, o no gastar demasiado en cafés y salidas a bailar. O probablemente te planteaste cambiarte de trabajo, pedir un aumento de sueldo, aprender inglés, ahorrar para una maestría.
¿Lo lograste? Quizá sí. Pero también puede ser que no. Si estás en el segundo lugar, es necesario darle paso a la aceptación y el primer paso para lograrlo es analizar por qué no ocurrió lo que planeaste. Este proceso lleva cierta responsabilidad por lo que estaba en tus manos y no hiciste. Fuera justificaciones.
“Es necesario, porque si empiezas a pensar que el próximo año o que al menos trataste, vas a estancarte y quedarte en ese lugar siempre”, explica la especialista.
Muchas veces llegas a casa muy cansado, y seguramente ahora lo estás. Justamente es un buen momento para preguntarte de qué estás cansado y en qué estás invirtiendo tus energías día con día. No se trata de ser duro contigo mismo, sino de ser lo más objetivo posible porque esto te ayudará a que si no lo lograste, esto no vuelva a suceder.
¿No cumpliste tus metas? “Mientras haya vida, hay oportunidad de crearlas”, asegura Gabriela. Así que manos a la obra. Necesitas cuestionarte qué vas a hacer para que las cosas sucedan y empezar desde ahora a trazar el camino para que esto ocurra.
Ahora bien, ¿ya tienes claro qué fue lo que hizo que las metas que te propusiste no se cumplieran? Si tienes eso claro, puedes partir de aquí para volverte a plantear aquello que quieres para que en 2018 por fin ocurra.
La forma importa
Que no se hayan cumplido tus metas tiene que ver seguramente con muchos factores y muchas veces entre éstos está la manera en la que te las planteaste de inicio.
Hay varios métodos para hacerlo, uno es el SMART, que sostiene que las metas tienen que ser específicas, medibles, alcanzables, enfocadas en resultados y con un periodo determinado de tiempo para cumplirse.
Por ejemplo: para junio de 2018 tendré ahorrado una tercera parte de lo que cuesta mi maestría a través de una cuenta de banco en la que cada mes depositaré 20% de mi salario a partir del 15 de diciembre.
El qué y el cómo están especificados. Marzo de 2018 señala una fecha en la que debes tener evidencia de que alcanzaste el objetivo, es decir, se puede medir.
El propósito es alcanzable porque 20% del sueldo es una cantidad alta, pero razonable para ahorrar con un objetivo. Antes tienes que haberte sentado a analizar si con ese porcentaje eres capaz de alcanzar la meta.
Es importante decir que este método es una guía, no una verdad absoluta. “Este sistema es una forma de asegurarte que las metas están bien fraseadas, sin embargo no te ayuda a determinar si la idea es buena. En otras palabras, un objetivo puede ser fácilmente SMART sin ser sabia”, explica Dick Grote, consultor y autor del libro How to be good at performance appraisals, en un texto para la Harvard Business Review.
Lo que este experto recomienda es no limitarse de manera ciega a ésta o a cualquier otra forma de establecimiento de metas, sino que las utilices como una guía nada más.
Las metas que más funcionan
Edwin A. Locke y Gary P. Latham, investigadores de las universidades de Maryland y Toronto, respectivamente, revisaron 35 años de investigación en materia de establecimiento de metas y encontraron el mecanismo a través del cual operan. Entre los principales hallazgos está que para tener un mejor desempeño es importante establecer no sólo metas específicas, sino también difíciles, porque éstas producen más esfuerzo y un mejor desempeño que las fáciles de realizar. Las fechas de entrega a corto plazo generan un ritmo de trabajo más rápido que las de largo plazo y comprometerse públicamente favorece el compromiso personal.
Según recomiendan expertos, la revisión de tu carrera profesional tienes que hacerla de manera periódica. La Berkeley University recomienda revisar tu visión de carrera y hacer ajustes cada que sea necesario.
Pero, ¿qué es la visión de carrera? ¿Todos debemos tener una? Al menos si no queremos navegar sin rumbo, sí. “Tener una visión clara de a dónde queremos llegar y lo que queremos lograr antes de tomar acción para alcanzar tus metas es un factor clave para cumplirlas”, sostiene este documento.
Es buen momento para reflexionar sobre ello y debes plantearte muchas preguntas.
¿Cuáles son tus valores? ¿Cómo defines el éxito de carrera? ¿Qué trabajo te ayudará a alcanzar ese éxito? ¿Cómo sería tu carrera si tuvieras el poder de hacer cualquier cosa que quisieras? ¿Cuál es la actividad que más amas? Contesta los cuestionamientos. Ya que lo hagas, concentra la información en un párrafo. Ésta será tu visión de carrera. Cuando la tengas, ponla a la vista y repítetela de forma constante. Ahora sí, cierra 2017 y persigue planteamientos que realmente se cumplan.