México tiene una ubicación geográfica estratégica (es vecino del mercado más grande y dinámico del mundo, tiene 3 mil kilómetros de frontera y 11 mil kilómetros de litorales en el Pacífico y el Golfo), una buena infraestructura portuaria (cuatro puertos de clase internacional) y una razonable cobertura carretera, lo cual sugiere que tiene el potencial de convertirse en un hub logístico que facilite el intercambio comercial dentro del país y hacia el resto del mundo, lo cual redundaría en que las empresas mexicanas sean más competitivas y eficientes. De hecho, entre 1993 y 2013, el PIB del sector de transporte y logística ha crecido de forma significativamente más acelerada que el PIB de todo el país, lo cual refleja el dinamismo que experimenta este segmento de la economía. Sin duda hay retos para lograr esta visión pero es alentador que existan 109 compromisos presidenciales para mejorar y potenciar el sector de transporte en México.
Lo primero a reconocer es que México se mueve sobre ruedas: tanto las personas como las mercancías utilizan los autobuses y camiones como principal medio de transporte en nuestro país. En 2013, 96.8% de los pasajeros en México se transportaron en autobuses versus 1.7% en avión, 1.3% en tren y 0.3% en barco. Igualmente, 55.4% de las toneladas transportadas en México se movilizaron en camiones versus 31.9% por agua, 12.6% por ferrocarril y 0.1% en avión. Esto enfatiza la necesidad de priorizar la inversión en infraestructura carretera para que México sea un país comunicado y competitivo en donde las personas y bienes transiten de forma segura y eficiente. Esto es congruente con el hecho de que 77 de los 109 compromisos presidenciales, son para infraestructura carretera.
Uno de los problemas es que la industria del autotransporte está sumamente fragmentada: en México operan desde las empresas logísticas globales (como DHL y Federal Express) hasta hombre-camión que ofrecen servicios de transporte en una chatarra. La solución es profesionalizar e institucionalizar a las empresas para que puedan competir con sus contrapartes en otros países.
Por el lado de los puertos México cuenta con 102 puertos y 15 terminales fuera de puerto. Los puertos de mayor relevancia en el país, por el volumen carga que operan, así como por el número de navieras extranjeras que en ellos operan y sus frecuencias de servicio, son los puertos de Lázaro Cárdenas y Manzanillo en el Pacífico, y los de Altamira y Veracruz y el Golfo. A través de estos puertos se maneja el 90% de la carga nacional y se realiza el intercambio internacional marítimo con los cinco continentes. El reto en el segmento portuario es resolver los problemas de conectividad y saturación que tienen algunos puertos como Manzanillo.
En lo que respecta al ferrocarril, si bien entre 1995 y 2013 ha más que duplicado la carga que transporta (transitando de 53 a 114 millones de toneladas transportadas durante el periodo) la problemática que afecta nuestra competitividad son los conflictos entre las principales empresas ferroviarias por los derechos de paso, derechos de arrastre y el intercambio de equipo, ya que estas empresas tratan de proteger sus monopolios regionales al amparo de que sus títulos de concesión delimitan regiones de operación.
En resumen, si bien México tiene una oportunidad de convertirse en un hub logístico es fundamental el sector transporte y logístico para incrementar su competitividad. Los principales ejes deberían de ser: profesionalización de los transportistas, inversiones en infraestructura carretera y portuaria y resolver los temas de competencia en los ferrocarriles.
* Discovery Americas.