Disciplina, orden, responsabilidad y trabajo en equipo son los valores que Mario Chávez Mayer, presidente y director general de la firma Representaciones Industriales, ha aplicado a lo largo de su vida tanto en la cancha de futbol como en los negocios, lo que le ha significado un camino de éxito.
El empresario —quien llegó a Querétaro en 1980— se considera futbolero desde niño, y esa organización, esfuerzo y dedicación con que se desempeñó cuando participaba en los equipos estudiantiles, lo ha trasladado al quehacer diario.
“El futbol nos formó, nos ayudó a tener disciplina, a trabajar en equipo, a saber ganar y saber perder en equipo, eso es lo que te deja (…) disciplina, orden, aprender que necesito de los demás, que formo parte de un equipo, y en ese equipo, juego el papel que me toca”, comentó en entrevista.
“Tienes que seguir con tus objetivos, tus metas, siendo respetuoso de tu tiempo, hacer tu tarea todos los días”, afirmó el directivo.
Mario Chávez es ingeniero mecánico electricista y comenzó su vida profesional en la compañía fabricante de arneses eléctricos Macopel.
En 1980, decidió cambiar su residencia a Querétaro, donde instaló una fábrica de alimentos balanceados.
“Tengo la mitad de mi vida aquí (en Querétaro), vine con mi familia, mis hijos estaban chicos, y vine para tener otra calidad de vida.
“Me vine a formar un negocio con un socio, una fábrica de alimentos balanceados. Fueron cuatro años difíciles (de 1980 a 1984), sin embargo, tuvimos que dejarlo y continué con el negocio de representaciones empresariales de distintos conceptos”, comentó Mario Chávez.
Fue precisamente en esa época, que fue una de las más difíciles para el sector productivo nacional debido a la crisis económica, cuando Chávez Mayer, presidió el Club de Industriales de Querétaro en 1983.
También fue consejero de la delegación de Querétaro de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) en el periodo 1983-1988.
A través de su empresa Representaciones Industriales, se ha enfocado a la compraventa y distribución de diferentes productos y servicios. A lo largo de su historia, la compañía ha trabajado en proyectos para firmas como Kellogg y Nissan Mexicana.
Recientemente, su operación se ha enfocado en segmentos como la distribución de equipos de cogeneración de energía, y analiza la participación en un proyecto relacionado con un nuevo sistema de evaluación de normas de higiene para restaurantes.
“Tenemos que cambiar de mentalidad, todos, para trabajar en sectores de mayor tecnología; te tienes que ir metiendo a nuevos nichos de negocios y aprovechar las relaciones públicas”, señaló el industrial.
Una de sus frases favoritas, es: “si las cosas buenas fueran fáciles, cualquiera las haría”, por lo que aseguró que el secreto del éxito es trabajar y “echarle ganas” a los proyectos que se tengan, sin importar qué tan difícil resulte.
“Ir por lo que cuesta un poquito más de trabajo (…) qué más que todo fuera fácil, pero la vida es un poco de capacitación, entrega y esfuerzo, y responsabilidad”, enfatizó.
Otro ámbito de negocio en el que se ha desarrollado Mario Chávez, es el inmobiliario, fundamentalmente en el segmento de macro terrenos para uso industrial y comercial.
Entre las operaciones que ha realizado en el estado, destaca la compraventa del terreno donde actualmente se ubica el Centro de Contacto y Servicio a Clientes de Santander.
Mario Chávez destacó la oportunidad, y el desarrollo profesional y personal que representa el emprender un negocio propio, y en eso su padre le puso el ejemplo.
Deporte, una constante en su vida
Chávez jugó futbol desde niño, cuando estudiaba en el Instituto Patria, en la Ciudad de México. Con el tiempo, su gusto por el balompié y el apoyo de las relaciones públicas —que también siempre han sido su fuerte—, lo llevaron a ser el presidente del Club Gallos Blancos de Querétaro (2a. división y 1a. división “A”), de 1993 a 1994.
Su trayectoria en el ámbito del deporte incluye también, la dirección general adjunta del Club Irapuato (1ª división “A”), así como la participación en el comité organizador local de la Copa FIFA Confederaciones1998-1999.
Entre 1997 y 1999, fungió como vicepresidente operativo del Club América; y entre 1995 y 2003, fue director general y representante legal del Club Atlante (1ª división).
En este último equipo, destacó el Programa Social Niños Abandonados y de la Calle, el cual recuerda con gran afecto por el sentido humano y social que tuvo.
Finalmente, entre 1995 y 2003 participó como director general del Centro Pegaso de Capacitación y Alto Rendimiento (hoy el Centro de Alto Rendimiento de la Federación Mexicana de Futbol), donde fue responsable de la construcción y operación del mismo.