Las pérdidas económicas que generó el robo de identidad ascendieron a 118 millones de pesos al primer semestre de 2015, una cifra 19% superior a la del mismo periodo del año anterior, informó la Comisión para la Protección y Defensa de los Usuarios de los Servicios Financieros (Condusef).
Si se compara esta cifra con la que llegó a alcanzar hace cuatro años, el problema ha cobrado mayor dimensión, pues en 2011 los costos por esta amenaza eran de 15 millones.
De acuerdo con el presidente de la Condusef, Mario Di Costanzo, el robo de identidad se ha disparado en el país. En 2011 se contabilizaron 4 mil 564 quejas por el delito pero, al primer semestre, se registraron 28 mil casos.
El funcionario explicó que con base en el reporte R27 de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), de enero a junio de 2015 el robo de identidad subió 40% comparado con el mismo periodo de 2014; sin embargo, debido a que la CNBV sólo maneja datos de cinco productos financieros, se estima que las cifras son mayores.
“Se trata de robo de identidad cuando alguien hurta información personal y financiera de los usuarios de los servicios financieros, con el fin de suplantar su identidad y obtener recursos de forma fraudulenta”, dijo Di Costanzo.
Así, este delito se presenta frecuentemente en apertura de cuentas, tarjetas de crédito o débito no requeridas y cualquier tipo de financiamiento, ya sea automotriz o personal.
El funcionario dijo que se tiene detectado que grupos delictivos operan en basureros en búsqueda de estados de cuenta o cualquier otro documento que contenga datos de clientes y con ellos se puede robar su identidad.
Asimismo, se tienen registros de bandas criminales que operan en casas habitación y en una semana pueden falsificar credenciales de elector.
Santander, Banamex y HSBC México concentran 76% de las reclamaciones por robo de identidad. Hasta el momento, se han reembolsado 69 millones de pesos del monto reclamado por los usuarios afectados.
Según la Condusef, nueve de cada 10 reclamaciones ocurren en tarjetas de crédito y el resto en débito; sin embargo, también se han presentado en créditos hipotecarios, cuentas de ahorro, nómina, entre otras.
