Un objetivo total de todo gobierno es incrementar el bienestar de la población. Con base en lo anterior, debe diseñar e instrumentar el marco legal y económico que incentive la creación de riqueza. En ésta tesitura, es necesaria una reforma fiscal junto con cambios estructurales en el sector educativo y energético. No obstante, la problemática radica en el cómo, evaluar opciones, actores en el proceso y el horizonte de impacto.
México capta alrededor del 20% como porcentaje del PIB vía impuestos; lo cual, se encuentra debajo del promedio de la OECD, 34.1% (Fuente OECD, 2011). Lo cual denota, ineficiencia del sistema tributario mexicano.
No obstante, no sólo se debe recaudar más, sino también gastar eficientemente. España por ejemplo, tiene ingresos fiscales que representan 31.6% de su PNB; por lo que, contar con una mayor recaudación fiscal como porcentaje del PNB, no garantiza una economía sólida; España se encuentra en una profunda recesión económica.
Se aprobaron medidas adecuadas, tales como: gravar con 10% las ganancias en bolsa de valores, la desaparición del IETU, que duplicaba la razón de ser del ISR; y la desaparición del IDE, que no atacó la economía informal y tampoco alcanzó su meta de recaudación. En contraste, tuvo un efecto negativo al desincentivar el ahorro. México ha ahorrado alrededor de 15% como porcentaje del PIB en los últimos 15 años; mientras China ha alcanzado tasas de ahorro por arriba de 40% en el mismo período. El ahorro es la variable clave y de largo plazo para alcanzar el crecimiento económico sostenido.
Por otro lado, con el argumento de la obesidad existente, se gravan con un 8% los alimentos con alto contenido calórico; en paralelo, se cobrará un peso por cada litro de bebidas azucaradas. Se esgrime, que inhibirá su consumo y se atacará un problema de salud pública. En forma tácita, se asume que las familias son incompetentes para discernir qué les beneficia o no; atentando contra su libertad de elección. Se afectarán empleos y la cadena productiva de éstos bienes; tales como, productores de azúcar, fabricantes de envases, entre otros. La obesidad se combate con información que sensibilice sobre sus riesgos y programas que estimulen la práctica de deportes.
Cabe agregar, que se busca dar un vuelco en la aplicación de impuestos, pasando de los impuestos directos (sobre el ingreso –ISR-), a una mayor recaudación vía impuestos indirectos (consumo –IVA-).
Cuestionamientos torales en materia fiscal son: ¿Cobrar más o administrar mejor los recursos existentes? ¿Es siempre el gobierno un buen administrador? Así, v. gr., se mencionan medidas cuantitativas, pero no cualitativas; es conocido, que el gobierno en diversas áreas es mal administrador de los recursos. Por ejemplo, en los hospitales públicos una gran cantidad de medicamentos son apropiados por personas para sus usos particulares y no de los usuarios legítimos; situaciones semejantes se dan en otras partes. En consecuencia, es tiempo de que el gobierno reflexione aún más en cómo administrar y gastar mejor.
En suma, la prueba de fuego será si el PIB de México en 2014 crecerá al menos un 4.5%, o se alentará un sendero de bajo crecimiento inducido. El problema central estriba en que se mantiene el tenor de una Reforma Fiscal de carácter intensivo; esto es, cobrar más a quienes siempre pagan; y, no una de tesitura extensiva, cobrar tasas impositivas menores, pero a la mayoría de la población. Además, queda pendiente evaluar la obtención de recursos vía colocación de instrumentos financieros gubernamentales, derechos y otras fuentes de ingresos públicos; no sólo impuestos.
* Académico de la Universidad del Valle de México, Campus Lomas Verdes