La población ocupada sin acceso a las instituciones de salud en México ascendió a 32.6 millones en el tercer trimestre de 2017, reveló la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo que realiza el Inegi.
La cifra indica que casi dos de cada tres personas (62.2%) que realizan alguna actividad productiva no cuentan con esta prestación.
De acuerdo con los datos del Inegi, son más los hombres que tienen la limitante de acceder a los servicios de salud. De los 32.6 millones en esa condición, 20.4 millones son varones (62.6%) y las restantes 12.2 millones mujeres (37.4%).
“Es un dato grave, pues una de las principales prestaciones para la población ocupada es acceso a alguna institución de salud.
“Esto refleja que la gran mayoría de personas que poseen una fuente de ingresos no se encuentra en el sector formal de la economía”, comentó Héctor Magaña, investigador del Tecnológico de Monterrey, campus Estado de México.
Si al problema de que no tienen acceso a instituciones de salud se le agrega que gran parte de la población gana menos de uno y hasta tres mínimos (61.3%), implica que parte del ingreso, de por sí bajo, lo destinen a cuestiones de salud, limitando más los recursos, añadió el también coordinador del Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN).
De total de empleados que no tiene acceso a las instituciones de salud, la mitad corresponden a trabajadores por cuenta propia y empleadores; la otra mitad corresponde a trabajadores subordinados es decir, 16.2 millones de personas, que representan 45% de este segmento de la población ocupada.
El reporte del Inegi detalló que millones de trabajadores subordinados y remunerados en México también laboran sin recibir algún tipo de prestación por su actividad.
De las 35.9 millones de personas que se emplearon bajo ese estatus en el tercer trimestre del año, 13.5 millones (37.6%) no reciben beneficios como aguinaldo, utilidades, vacaciones y prima vacacional, entre otro tipo de prestaciones.
Carecer de prestaciones es una agravante al calcular el beneficio real que reciben los trabajadores al prestar sus servicios. Esta falta deteriora más su nivel salarial haciendo que la mayor parte de sus ingresos se destinan a necesidades básicas, comentó Magaña.
Como ejemplo, expuso que una vez que las personas alcancen la edad de jubilación si no cuentan con esa prestación y no han hecho aportaciones a su Afore, difícilmente van a gozar de una calidad de vida adecuada.
Inegi también informó que 15.9 millones de trabajadores subordinados y remunerados en México laboran sin un contrato escrito.
La población desocupada en México se situó en 1.9 millones durante el tercer trimestre del año, una tasa de desempleo de 3.6% como proporción de la población económicamente activa.
Si bien el nivel de desempleo se ubica en niveles bajos, va de la mano de una generación de empleos con baja calificación e ingreso.