gustavo.delarosa@eluniversal.com.mx
Este viernes el ánimo de los mercados internacionales estará determinado por las cifras de inflación en Europa y Estados Unidos, indicador determinante para el futuro de la política monetaria en ambos lados del hemisferio, datos que cierran una semana llena de pérdidas globales.
Los inversionistas ajustarán sus portafolios previo a la reunión de la siguiente semana del Banco Central Europeo (BCE) y de las elecciones en Grecia. Además, inicia la entrega de reportes trimestrales corporativos, que se intensifica desde el próximo lunes.
Por lo pronto, la atención de los inversionistas se va a centrar en la variación de los precios al consumidor en Estados Unidos. El consenso de analistas estima una deflación de 0.4% en diciembre, dato que podría tranquilizar a los mercados respecto a un posible movimiento en las tasas de interés en el corto plazo por parte de la Reserva Federal, que se reúne a fin de mes.
Además, se publicarán cifras de la producción industrial al cierre de 2014 y para la cual el pronóstico apunta a un descenso de 0.1%. Otro indicador esperado es la confianza del consumidor con cifras preliminares a enero.
Mientras tanto, en el viejo continente también se darán a conocer los datos de inflación. Tanto en Alemania como en la zona euro y la Unión Europea, se anticipa que la deflación se profundice y aumente la presión para que el BCE aplique medidas para incentivar la economía de la región.
En México habrá información de la tasa de desempleo a diciembre, así como los indicadores coincidente y adelantado sobre el comportamiento de la economía durante octubre.
Además de esta información, los capitales seguirán atentos al comportamiento de los precios internacionales del crudo y a factores de volatilidad, como el anuncio de ayer del Banco Nacional de Suiza (BNS), que provocó un aumento en la aversión al riesgo.
El BNS concluyó con el control cambiario contra el euro que aplicó durante más de tres años para mantener una paridad de 1.20 francos por unidad, hecho que generó la depreciación del euro y que inversionistas buscaran refugio en instrumentos como el dólar.
Así, regresaron las pérdidas cambiaras del peso contra el dólar, que en su cotización interbancaria concluyó en 14.6395 pesos por unidad, mientras que en su venta aumentó 20 centavos.