La Reserva Federal (Fed) subió 25 puntos base la tasa de interés referencial y la llevó a un intervalo de entre 0.75% a 1% anual, en línea con lo descontado por inversionistas y trajo consigo una apreciación significativa del peso mexicano.

Se trata del primer aumento de tasas de interés en el año y los integrantes del banco central anticipan dos incrementos adicionales antes de que termine 2017, cada uno con magnitud de 25 puntos base.

Además, pronostican otros tres aumentos de tasas por año durante 2018 y 2019, con el fin de alcanzar un rendimiento de 3% para ese entonces.

La decisión de subir los tipos de interés no fue unánime, pues se opuso Neel Kashkari, presidente de la Fed de Minneapolis.

La medida es un voto de confianza en la economía de Estados Unidos, dada la recuperación que ha tenido el empleo y la inflación.

Ante el anuncio, el dólar bajó 45 centavos y culminó en 19.55 pesos en ventanillas de CitiBanamex, el precio más bajo desde el 8 de noviembre del año pasado.

En conferencia, la presidenta de la Fed, Janet Yellen, expuso que la decisión “refleja un progreso continuo de la economía” y no un cambio en las perspectivas. Confió en que las condiciones del empleo mejoren aún más y que la economía estadounidense avance moderadamente.

Reiteró que esperar demasiado para elevar las tasas puede obligar a incrementar los tipos de interés muy rápido a futuro. “No esperamos subir tasas en cada una de las siguiente reuniones”, comentó Yellen.

Tras la decisión, inversionistas asignan una probabilidad de 49% de que la Fed suba tasas en junio próximo y de 56% a que sea en julio, según los contratos negociados en Chicago.

CitiBanamex y Banorte coinciden en que los tipos de interés van a registrar dos aumentos adicionales antes de concluir este año.

Aumento en deudas. La decisión de la Fed encarece la deuda de los hogares, empresas y gobiernos, además de que incentiva un reacomodo de capitales en todo el mundo y una apreciación del dólar a futuro, que se puede reflejar en menores precios del petróleo y otras materias primas, entre otras consecuencias.

El banco central mantuvo casi estables sus pronósticos, aunque incrementó de 2% a 2.1% el relacionado al crecimiento económico para 2018, mientras que la proyección de inflación continuó en el objetivo de 2% a partir del próximo año.

La decisión de la Fed promueve una acción similar por parte del Banco de México (Banxico) el 30 de marzo, fecha en que se espera su próximo anuncio de política monetaria.

El traspaso de la depreciación del peso a la inflación eleva la posibilidad de que la autoridad suba la tasa de referencia en mínimo 25 puntos base para ubicarla en 6.50% anual.

No obstante, la reciente apreciación cambiaria, la desaceleración de la economía y la expectativa de que los choques inflacionarios sean transitorios, ampliaron el margen de maniobra de Banxico.

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