Hace un año y tres meses que Adriana Navarro se quedó sin trabajo, y cansada de dedicar más de 10 horas diarias a las grandes compañías donde trabajó, decidió poner su propia empresa de jabones orgánicos y dedicar más tiempo para ella y su familia.

“La primera vez los llevamos al mercado de la Cruz, no fue nada sencillo ponerte con una mesita y explicar para que eran (…) el primer día vendimos 24 jabones”, dijo la emprendedora.

Ahora su negocio llamado “Yo natural” comercializa entre mil y mil 500 de esos productos a diferentes personas, un par de hoteles en Querétaro y en ciudades como León y Guadalajara.

Su cartera de clientes asciende a alrededor de 200 y 300 personas, además de los clientes nuevos que se agregan a la lista.

Actualmente ese negocio genera un empleo, pero en tres o cuatro meses podría contratar al menos a tres personas que ayuden a la distribución de los jabones.

“Como el negocio está creciendo sí pienso contratar a más personas, porque ya no me doy abasto, necesito alguien que me ayude a entregar, surtir y demás”, informó.

Explicó que todos los insumos son naturales, entre ellos destacan el aceite de oliva, miel, plantas y diversas esencias.

Todos tienen diferentes propiedades y pueden ser usados para cualquier tipo de piel, para el cabello, cara, hidratantes, en total maneja 40 aromas distintos.

Actualmente está iniciando la línea de jabón hotelero, ya le surte a un hotel y próximamente le venderá a otro de tipo boutique que está por inaugurar en la zona de Juriquilla.

Dijo que antes de empezar el negocio empezó a investigar y estudiar sobre cómo se hacían ese tipo de productos.

“Surgió la idea, me atreví, que es el paso más importante, de planearlo a hacerlo y empezaron a funcionar las cosas, hemos echado a perder, otras veces nos salió bien a la primera, pero cada vez vamos mejorando”, expresó.

La empresaria dijo que una parte importante que le ha dado impulso y promoción a su empresa es la presencia en ferias como la del Caballo y las que se realizan en municipios como Tequisquiapan, Ezequiel Montes y San Juan del Río, donde ha llegado a vender hasta 2 mil piezas.

También han estado en algunas exposiciones con artesanos en diferentes lugares de la capital del estado.

Destacó que actualmente su esposo e hijos han podido mantenerse económicamente estables de ese negocio.

“Para tener una empresa las personas se deben se atrever y enamorar de lo que hacen y con eso ya podrían tener 90% de garantía de que va funcionar”, declaró.

Además el empresario debe prepararse y saber sobre lo que está ofreciendo, que si le preguntan sepa responder y esté seguros de lo que están haciendo, consideró.

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