Un parche que le permitirá a pacientes diabéticos monitorear sus niveles de azúcar y que trasmitirá información a una aplicación celular. Un sistema que detectará infecciones vaginales sólo a través de una tira no invasiva. Ambos proyectos hoy se desarrollan en México y demuestran que a pesar de la adversidad y del bajo nivel de innovación en este país, es posible emprender y no sólo eso, sino también innovar en materia de salud.
Otro ejemplo: SalaUno, una empresa que busca combatir la ceguera a través de la realización de cirugías y consultas a bajo costo y que hoy es financiada por Corporación Financiera Internacional (IFC por sus siglas en inglés), el brazo del Banco Mundial dedicado a invertir en el sector privado.
Este terreno es fértil en materia de creación de nuevas empresas, entre otras razones, por el potencial de crecimiento de la industria.
Además, este tipo de emprendimiento suele tener un alto contenido social por la atención de algo tan importante como es la salud.
Terreno fértil
De acuerdo con el estudio Un análisis prospectivo del futuro de la industria de la salud en Estados Unidos (A Prospective Analysis of the Future of the US Healthcare Industry), la industria de la salud va a moverse hacia algo que se conoce como “cuidado directo”. “Éste es visto como el precursor y fundador de la llegada de medicina verdaderamente personalizada hacia la tercera década del siglo XXI. Para 2030, la industria se moverá a una estructura que sostenga la medicina personalizada, que en esencia, es predictiva y preventiva, llevando a la práctica médica a estar enfocada predominantemente en el bienestar”, señala este análisis. A esta perspectiva contribuye la innovación y el desarrollo de la tecnología.
Este análisis se enfoca en la transformación de la industria en Estados Unidos pero asegura que a nivel global, la salud está cambiando gracias a la innovación, ya sea de medicinas realizadas por las compañías pequeñas, la revolución genómica o el turismo médico que se practica en países como India o Tailandia, por ejemplo.
Una de las tendencias que señala es la “elasticidad” del mundo de la medicina y los negocios. Es decir, que hoy, a través de plataformas de negocios, la nube y otros instrumentos, es más sencillo establecer alianzas y colaboración para crear este tipo de empresas.
Un botón de muestra: El Centro de Educación y Fuerza Laboral de la Universidad de Georgetown señala que para 2020 las ocupaciones más demandadas serán las relacionadas con la salud.
Lo que es un hecho es que la demanda de salud en México es creciente y la organización del sistema de salud mexicano es “obsoleta”, según consta en un análisis de la consultoría PwC. Es decir, los servicios están alineados hacia objetivos de gobierno y no hacia necesidades de la población.
Los viejos cada vez son más y las enfermedades como la diabetes y la obesidad son una constante.
¿Y ahora?
La editorial de la revista Innovación y emprendimiento en salud sostiene que el problema fundamental de los sistemas de salud es que no compensan lo que pagamos, es decir, que damos mucho más de lo que recibimos. En este sentido, la publicación plantea que la solución sería la creación de valor en las nuevas empresas que se crean.
¿Cómo hacerlo en este rubro? Rubin Pillay, profesor de innovación en salud y emprendimiento de la Universidad de Alabama y autor del texto responde: “Usando el mismo proceso de creación de valor que Albert Einstein, Walt Disney, Steve Jobs, Richard Branson, Larry Page y otros que aseguraron que sus organizaciones funcionaran a su máximo potencial”. Esto, a través de la creatividad para generar ideas útiles que puedan ser puestas a trabajar.
Hoy, este rubro es tierra fértil: “El sector salud tiene mucho auge, es un mercado que siempre va a existir y en el que la necesidad de innovación siempre será una constante. Es un mercado de mucho crecimiento y muy pujante”, asegura Carolina Amezcua, gerente de la especialidad de ciencias de la salud de Hays, México.
Así, la necesidad de innovación es una constante. Bob Barnes, profesor del departamento de ingeniería biomédica de la Universidad de Duke, lo explica en el video introductorio al curso impartido por esa institución, “Innovación en salud y emprendimiento”: “Desafortunadamente cuando la gente escucha innovación en emprendimiento piensa en éxito definido por una nueva idea. Ese no es el caso. El éxito en innovación en emprendimiento viene de la idea madura de entender verdaderamente las necesidades de la gente a la que servimos”.
Es precisamente este aspecto, la gente, el cual es esencial en este tipo de industria: la empresa que se pretenda crear buscará satisfacer una necesidad, pero a diferencia de alguna otra, no será de consumo o de belleza, por ejemplo, sino de algo tan delicado como lo es la salud.
En este sentido, Jonathan Salomón, director general de Comaudi, una empresa que lleva cerca de 30 años en el mercado de aparatos auditivos que con el tiempo se ha ido diversificando e incluso hoy ofrece franquicias, asegura que no sólo es cuestión de dar un buen servicio, sino que éste tiene que ser cálido y cercano al cliente.
“Tener una excelente atención que se enfoque en las necesidades específicas de cada cliente es clave para poder crecer. En el caso de nuestros aparatos auditivos, te tienes que ganar la confianza de la persona que necesita el aparato”, explica.
Para mantener esta confianza, Salomón explica, Comaudi ha buscado dar seguimiento y continuidad y un buen servicio al cliente: “Las fuentes que más ingresos nos provocan son las referencias de los pacientes”.
Además de confianza, si se busca emprender en este rubro se necesita cosechar, quizá más que en otras industrias, la credibilidad, debido a que una de las cosas más importantes de la vida, la salud, está en juego.
Este tipo de negocios suelen mantener un sentido más humano que el resto. “No sólo estamos haciendo un trabajo por generar un ingreso sino que estamos ayudándole a la gente a que viva mejor y abandone la tristeza que causa el tener un problema auditivo. Es un motor que nos empuja a seguir adelante”, explica Jonathan.
Antes de lanzarse
Todo emprendedor debe de saber que éste es un mercado muy regulado ante distintas instituciones y que necesitará estar muy informado al respecto, explica Carolina.
“Son productos que necesitan tener una o muchas autorizaciones ante la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) así que deben de conocer bien los requisitos. No es tan sencillo, de ahí que las empresas que destacan son las más grandes; sin embargo, es posible lograrlo a pequeña escala”, explica.
Asimismo, el emprendedor deberá tener la preparación técnica o científica o en su defecto, encontrar a la persona idónea para que desarrolle el producto. “Es un mercado peculiar y técnico y de pronto por esa misma especialidad es cerrado. El emprendedor tiene que estar bien preparado. Pensando en un laboratorio que quiere empezar; por ejemplo, no es una idea que se puede lanzar de la noche a la mañana, tiene que prepararse muy bien, incluso más que en otras industrias”, asegura la especialista.