El sector agroalimentario mexicano enfrenta concentración en el mercado de venta de semillas certificadas, plaguicidas y maquinaria, mientras que la asignación de subsidios favorece a productores de ingresos más altos, advirtió la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece).
Además, hay ineficiencias en el mecanismo de compra y asignación de subsidios de coberturas de precios, así como una atomización de la producción agrícola y pecuaria, de manera que en productos como papa, maíz, calabacita, cebada y frijol, la mayor parte se vende a intermediarios y pocos productores transforman su cultivo.
De acuerdo con el reporte sobre las condiciones de competencia del sector agroalimentario, publicado ayer por la Cofece, esas situaciones encarecen el costo de los insumos, ya que 40% de los seguros agropecuarios se concentra en tres empresas, y otras tres controlan 60% de las semillas certificadas.
Monsanto, por ejemplo, tiene una tercera parte del mercado nacional de semillas, y los plaguicidas están en manos de 11 grandes multinacionales como Dupont, Dow, Bayer, Basf, Syngenta. El análisis también destaca que hay cinco empresas ensambladoras de maquinaria agropecuaria y tres venden 91% de tractores en el país.
Para la Cofece, los subsidios que en 2015 sumaron 60.9 mil millones de pesos “pueden afectar los procesos de rivalidad entre las empresas en función de las reglas para tener derecho a acceder” a ellos.
Asimismo, factores que representan mayor riesgo para la libre concurrencia y competencia son las tarifas de estímulo para bombeo agrícola 9CU y 9 N, así como el Programa de Comercialización y Desarrollo de Mercados en lo que respecta a subsidio a las coberturas contractuales y a los incentivos por compensación de bases en agricultura por contrato.
El problema es que “tan sólo el decil más rico de los productores agrícolas (X) concentró 52% de los subsidios, mientras del I al VI recibieron 10%. Además, si bien Oaxaca, Yucatán y Zacatecas son de los estados con mayor número de usuarios beneficiados, también registran menor consumo de energía promedio, mientras que Sonora, Coahuila y Baja California Sur tienen un mayor consumo de energía promedio por beneficiario”.
En el documento, la comisión explicó que un alza de precios al productor provoca que suban a su vez los precios al consumidor, pero en mayor proporción que el incremento de costos.
La Cofece advirtió que el reporte no tiene como fin identificar prácticas anticompetitivas de empresas, ni tampoco prejuzga posibles violaciones a la legislación en la materia.