Un emprendedor de la iluminación, así se puede definir el perfil de Pedro Ruiz Velasco, director general de la empresa Construlita. Desde los primeros semestres, cuando estudiaba la carrera de Diseño Industrial, en la Universidad Iberoamericana, inició sin concebirlo como tal, lo que se convertiría en uno de los negocios de su vida y uno de sus mayores logros en el ámbito profesional.
La historia parte del diseño industrial visto como una línea artística, hacia principios de la década de los 70. En ese entonces, por el año de 1973, se le dio un sesgo a la aplicación de esta actividad, “como el arte que ve el producto industrial”, más allá de su uso.
“Desde el principio me especialicé en la iluminación, porque en tercer semestre tuve una buena experiencia”, refiere Ruiz Velasco.
Al inicio de sus estudios profesionales, uno de sus maestros les propuso hacer un proyecto de una lámpara de mesa, en el cual, además de obtener su calificación, él les iba a comprar diez piezas a quienes presentaran el mejor diseño, como un incentivo. En esos momentos, un joven tenía la oportunidad, posiblemente, de vender dos o tres productos, así que colocar diez lámparas era toda una oportunidad, dice.
“Entonces esto, que era en un inicio un juguete, se convirtió en el comienzo de un negocio”, afirma el empresario. “El inicio de esta fábrica —Construlita— fue así, por el diseño industrial y la iluminación”.
Todavía como estudiante, Pedro Ruiz avanzó en la producción de lámparas de mesa con el apoyo de su profesor. En un principio, le entregaba 10 piezas, y luego cuando se vendían, había que entregarle 25, después 50, 100 luminarias, y así hasta llegar a un lote de 225 lámparas en cada ocasión.
En ese momento, el empresario trabajaba junto con sus hermanos y algunos compañeros de la escuela, en un taller que montó en la casa de sus padres.
De esta forma, el ahora directivo aprendió en sus veintes —sin que existiera la gama de programas y asesorías a los que tienen acceso actualmente los jóvenes empresarios—, a la administración y organización de un negocio, a innovar y lograr esos equilibrios en la generación de ingresos.
“Nunca me tuve que poner a trabajar para otra empresa que no fuera lo que sería Construlita, que en ese tiempo le llamábamos Zonda (a la compañía); y de esa experiencia surge ya un expertise en la fabricación de lámparas”, expone.
“Y no teníamos un sólo modelo, sino que teníamos diez, doce, quince modelos, y aunque no éramos el gran fabricante sí sabíamos aprovechar muy bien lo que en México se podía hacer y las modas que llegaban de Europa. Porque todo lo que es diseño industrial tiene una tendencia internacional”, dijo.
Al principio, el negocio no consideraba el desarrollo de tecnología en iluminación, pero, con el paso de los años, se presentó un cambio en las líneas de producción.
Tendencias del orbe
A decir del director de Construlita, unos de los aspectos que le ayudaron a apuntalar la compañía fue conocer y tropicalizar las tendencias internacionales en el mercado mexicano, que son básicas en este ámbito del diseño industrial. Lo anterior, principalmente, a partir de los conceptos italianos.
“Lo que se estaba viviendo en México en ese momento (en los 70) era un cambio; en ese momento se abrieron lo que se llamaba tiendas de diseño, donde tú como joven, comprabas tu mesa de diseño, tu silla de diseño, a lo mejor tu cama, cosas muy bonitas que hoy están de moda y son muy populares.
“Pero que en aquel tiempo, los jóvenes recién casados que veían una revista extranjera decían: voy a comprar mis muebles de diseño”, menciona.
Ruiz comenzó a trabajar con distintos representantes de la industria, y posteriormente como proveedor de tiendas más grandes a nivel nacional. En esa moda de las tiendas de diseño, “en esa época donde los jóvenes iban a comprar exclusivamente cosas amarillas, blancas y naranjas, entonces en esa moda nosotros crecimos y fue muy favorable”.
En el año de 1987, Pedro Ruiz decidió junto con sus colaboradores, ampliar el negocio, y mudaron sus operaciones a la ciudad de Querétaro, un lugar que consideró era más industrial donde las facilidades de la proveeduría y de la mano de obra eran mejores.
Así, lo que en un comienzo fue un taller, pasó a ser la fábrica de iluminación Construlita, ubicada en el parque industrial Benito Juárez.
Esta fábrica inició con alrededor de 12 personas, incluyendo dos de sus hermanos y algunos ayudantes de ensamble. “Ya teníamos un local de buen tamaño, y un terreno para instalar las naves que se iban a ir desarrollando según las proyecciones”, expone.
Después, se mudaron a un terreno más grande en el mismo parque, donde operan actualmente, con la proyección de fortalecer y aumentar su producción, dada la demanda el mercado.
“Todos los proyectos de iluminación que llevan cierto grado de personalización, como plaza Antea que fue un proyecto muy personalizado, donde todo se realizó a la medida de ellos; entonces, ese tipo de proyectos, en donde no se puede comprar cualquier cosa de supermercado es lo que a nosotros nos confiere como nuestra especialidad”, menciona.
Paneles solares, nuevo negocio
Hacia futuro, la empresa Construlita tiene proyectado incursionar en el ensamblaje de paneles solares, adicional al trabajo que ya vienen desarrollando.
En el caso de la tecnología de los leads, Pedro Ruiz indica que los diodos que ensamblan se fabrican especialmente para sus luminarias.
“Así que nos metemos a la tecnología de la iluminación, vemos el tono que debe de llevar la luz, el diodo especial para ese tono, y todo esto se da según los proyectos que pueden ser industriales, comerciales o urbanos.
“Y nuestro proyecto a futuro es entrar al tema de los paneles solares (…) estamos haciendo el proyecto de ensamblar paneles solares en el futuro de esta empresa, para complementar lo que ya estamos haciendo”, añade.
Prevé que este tema llevará un año en concretarse, y se sumará a otras estrategias de desarrollo de negocio que vienen con la aprobación de la reforma energética.
“A partir de esa aprobación, varios industriales nos hemos abocado a desarrollar proyectos de sustentabilidad porque son más permitidos”, señala.