Las modalidades de fraude para la compra-venta de coches usados son diversas, algunas van desde las transferencias bancarias falsas hasta atractivas ofertas de autos a un bajo costo, en las que en el mejor de los casos, el producto sale defectuoso.
También la venta de autos por internet a través de falsas licitaciones por parte de empresas grandes en el país, son el modus operandi que está teniendo un crecimiento significativo en los últimos años. Desafortunadamente, como no todos los afectados denuncian, no hay datos precisos al respecto.
A través de dos testimonios, EL UNIVERSAL Querétaro conoció el caso de personas que perdieron los ahorros de varios años siendo víctimas de fraude.
El primer caso tuvo origen en la Ciudad de México. Luis de 30 años, un queretano que llevaba varios meses ahorrando dinero para adquirir un automóvil usado, queriendo evitar los financiamientos, pues “son un compromiso de muchos años” en el que se termina pagando de más.
Todo comenzó cuando navegando en la red se topó con una página de Petróleos Mexicanos (Pemex), en la que se estaban vendiendo vehículos a bajo costo “por remodelación de flotilla”; confiado en que la página era fidedigna, siguió el proceso de la supuesta licitación de venta para asegurar su compra.
Primero llenó un formulario con todos sus datos para obtener un lugar entre los compradores; él iba por un modelo Toyota Corolla 2014 que costaba tan sólo 62 mil pesos. Luego de enviar la información, recibió un correo que informaba que su petición había sido aceptada y que únicamente tenía que depositar el importe del carro para que el vehículo fuera suyo; ya después, con la ficha de depósito podría recoger el auto al día siguiente en una dirección que le harían llegar.
Pues bien, entre la emoción y el nerviosismo, Luis fue al banco para solicitar la transferencia al número de cuenta que le proporcionaron en dicho sitio. El dinero ingresó sin inconvenientes y le dieron su ficha de depósito. Con el papel en mano, se dispuso a enviar el número de transferencia para que el trato quedara cerrado y así le indicaran a dónde podría pasar por su flamante vehículo 2016.
Por fin el día llegó. Emocionado se dirigió a una calle de la colonia Petróleos Mexicanos, muy cerca de la Torre de Pemex, en donde esperó durante horas para recibir su auto… pero nunca llegó.
Al pensar que se trataba de un error o algún contratiempo llamó a los números de contacto; sin embargo no tuvo éxito y ya no pudo hacer más. Perdió 62 mil pesos: seis años de sacrificios y ahorros.
Un caso similar fue detectado hace unos días por EL UNIVERSAL Querétaro. A través de la página Mercado Libre se ofertaban diversos vehículos a un bajo costo derivado de la renovación del parque vehicular de la empresa Castrol, ubicada en entidad.
La página web en la que uno podía consultar los modelos efectivamente parecía ser de la empresa Castrol, sin embargo, al indagar un probable clon de la misma, se pudo encontrar que en efecto se trataba de una réplica de la original; lo único que cambiaba era la pestaña que decía “Parque vehicular”.
Ante el hallazgo, se llamó al número del corporativo Castrol para preguntar si realmente se trataba de una subasta o venta de vehículos. La comunicación se hizo como cualquier ciudadano y la operadora dijo: “Nosotros no hacemos este tipo de ventas, ya van varias llamadas y les hemos dicho que no se trata de nosotros (…) . Ya estamos tomando las acciones legales para que sea atendido el problema”.
Chatarras
Otra modalidad de fraude se da cuando se ofertan autos a un precio accesible y con todos los papeles en regla, pero luego al paso de las semanas “los detalles” van saliendo y el carro termina saliendo más caro por reparaciones o quedando inservible para el comprador.
Así le pasó a Elena, quien compró hace un año en Querétaro un automóvil Honda Civic 2002 por la confiabilidad de la que siempre se habla de estos autos; era una ganga de sólo 37 mil pesos.
“El carro lucía increíble, incluso mi mecánico dijo que era una buena oportunidad porque el precio estaba por debajo y a primera vista el motor se veía y escuchaba bien”.
Sin dudarlo, realizó la compra y comenzó a hacer uso de su nueva adquisición. Los primeros dos meses, cuenta, todo fue muy bien: el carro economizaba bastante combustible y no se prendía ningún testigo en el tablero que alertara sobre alguna falla, pero fue hasta el tercer mes de uso cuando las cosas comenzaron a cambiar.
Un día, al ir circulando sobre avenida Constituyentes, el motor hizo un ruido extraño, se jaloneó muy fuerte y el carro se apagó. Inmediatamente Elena llamó a su mecánico para que atendiera el problema pero el auto se había desbielado.
Sin poder dar una explicación muy técnica, recordó que su mecánico le dijo que el motor estaba en muy mal estado y que seguramente jamás se le había dado mantenimiento, además tenía una fuga de aceite que nunca vio; arreglar el daño le costaba más de 20 mil pesos y no los tenía. Finalmente, remató el vehículo.
Opciones de venta y compra segura
Ante esta situación de fraudes, poco a poco han surgido páginas de compra-venta segura. Para verificar el funcionamiento de estas plataformas, EL UNIVERSAL Querétaro se dio a la tarea de conocer los procesos de venta y ver de qué manera la tecnología ayuda a disminuir riesgos.
El primer sitio que se consultó fue la página vendetuauto.com, que promete buen precio y rapidez para concretar el trámite. El proceso de compra tardó apenas una hora, siendo la oferta final de 58 mil pesos.
Para el segundo caso, se visitó una agencia de autos donde se toma a cuenta el vehículo usado como enganche para uno nuevo. Ahí la inspección fue a puerta cerrada y se ofrecieron menos de 53 mil pesos, argumentando el kilometraje avanzado y algunos detalles estéticos.
Finalmente, se visitó un tradicional lote de autos donde el regateo y la búsqueda de detalles fueron la constante; sorprendentemente la oferta fue de 48 mil pesos. Eso sí, el “plus” es que daban el dinero en efectivo para que “no hubiera dudas en el trato”.
Al menos en este ejercicio, la plataforma de compra de autos dio un mejor precio y garantizó la seguridad del pago al hacer una transferencia bancaria inmediata.