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Los inversionistas extranjeros están muy receptivos para invertir en México y ven oportunidades con las reformas, aseguró el director general del Grupo Financiero Interacciones, Carlos Rojo Macedo.
“Hay que ser objetivos, el país tiene retos, pero también oportunidades que son más grandes y la capacidad que tenemos como Interacciones de hacer crecer esos retos es muy grande”, dijo en entrevista con EL UNIVERSAL.
Consideró que los inversionistas están muy entusiasmados, por ejemplo, en temas de petróleo. Si bien el precio del energético está bajo, ellos se fijan en cómo estará a lo largo de la vida del activo en el que van a invertir, que a veces que rebasa los 50 años.
Sobre los casos de Banamex-Oceanografía, banco Bicentenario, Ficrea o HSBC, aseguró que no son la generalidad del sistema financiero.
Aunque aclaró que “necesitamos seguir desarrollando esta penetración de nicho. Pensar que todos los bancos van a salir y hacer este modelo de prestarle todo a todos, no es racional”.
Los estados son sus clientes más fuertes. ¿Eso ayuda al grupo?
—Es un buen riesgo el de los gobiernos estatales y municipales. Sin embargo, el expertis que ha desarrollado Interacciones es lo que nos ha permitido que históricamente tengamos una cartera vencida de 0%, al dar buenos créditos y recuperarlos como debería ser..
Esto coloca Interacciones en una situación favorable
—Sí, y lo digo con mucha humildad, porque creo que se juntaron varios factores. El primero es que hace como año y medio fuimos a hacer una colocación en el mercado y eso nos dio capital suficiente para afrontar el crecimiento que vemos y yendo hacia adelante; otro fue que se dieron una serie de reformas en el país que tenían que ver con los segmentos en donde participamos. Hay dos en particular que tienen un impacto positivo importante en nuestro modelo de negocios: la reforma financiera, donde el hecho de que hoy tengamos una banca de desarrollo muy proactiva que se ha convertido en un aliado importante en muchos proyectos, el contar con garantías, con su fondeo, el poder sindicar un crédito con ellos se ha convertido en un actor relevante para muchos de los proyectos que tenemos.
La otra es la reforma energética. Somos un banco que se dedica a financiar infraestructura. A veces lo hacemos a través de créditos a gobiernos, a veces financiando la infraestructura pública de manera directa y otras financiando a la pequeña y mediana empresas que trae proyectos o que son parte de grandes proyectos de infraestructura.
Como tercer componente la realidad económica del mundo nos abre una oportunidad. El hecho de que hoy pudieran haber, como consecuencia de la baja en el precio del petróleo, recortes por ejemplo al presupuesto, hace que se genere una oportunidad para nosotros de salir y decir “este proyecto no hay necesidad de dejarlo de hacer”.
Existe la posibilidad de cambiar la mezcla y de que haya un componente de capital privado en estos proyectos, de financiamiento privado, y detonemos una serie de Asociaciones Público Privadas que nos permitan capturar estos proyectos que de otra manera se estarían difiriendo.
El secretario de Hacienda recientemente comentó que revisarían el Programa Nacional de Infraestructura y ver aquellos proyectos que habían sido pensados con financiamiento con gasto público para financiarse con una mayor participación privada. ¿Los bancos tienen ahí una oportunidad?
—En los proyectos que no sean rentables, no es labor de la banca comercial, sino de la banca de desarrollo. Los proyectos rentables por supuesto que la banca comercial debe participar, debe tener un rol importante. Lo que va a permitir es que se apalanque el capital que tiene hoy el gobierno federal, los estados y los municipios y en vez de hacer uno, dos o 10 proyectos se multiplique esto en función al capital o a la participación de la iniciativa privada.
A raíz del recorte, ¿la banca tiene que tomar un papel preponderante para impulsar esos proyectos?
—No nada más hoy. Siempre ha tenido ese rol. Uno de los grandes objetivos que destacaba el secretario de Hacienda es cómo ha venido creciendo la penetración bancaria como porcentaje del PIB; si bien estamos apenas en casi 30%, ese crecimiento que se tuvo en un año es enorme, esos más de 3 puntos que creció es algo por lo que muchos países se morirían de envidia.
Falta por hacer, no quiero decir que ya llegamos, y deberíamos tener esta penetración en niveles del doble o triple de donde hoy estamos, pero vamos por buen camino y la banca siempre ha debido jugar ese rol, pero con prudencia. No se trata de prestar por prestar, hay que hacerlo con calidad, rentabilidad y asegurarnos que el dinero que prestamos, que no es nuestro, sino de la gente que ahorra en la institución, se lo podamos regresar.
La banca había quedado rezagada en este tipo de proyectos, ¿Con las reformas veremos un papel más protagónico de los bancos?
—Para Interacciones sin duda se verá un papel protagónico. Vamos a ser un jugador muy relevante, no nada más financiando, sino asesorando a los grandes consorcios, a estados, a municipios, en cómo estructurar estos proyectos. El diferencial como banco contra los demás que compiten en este segmento, es que somos tanto asesores como banqueros, nos sentamos con un gobierno estatal, con uno municipal o con la iniciativa privada en un proyecto de infraestructura pública desde que apenas lo están conceptualizando y los vamos asesorando de cómo estructurarlo si es viable o no, financieramente hablando, de cómo hay que armarlo para que más bancos puedan participar y llevarlo al mercado bursátil si esa fuera su decisión.
¿Debe salir de su zona de confort y dar más crédito a actividades productivas?
—No. Mi visión es que hay un balance muy sano entre el número de bancos que hay y los segmentos que se atienden. Hay los bancos comerciales tradicionales, que son los grandes bancos, que les venden todo a todos y lo hacen bien. Venden crédito hipotecario, la tarjeta de crédito, de autos, y es un segmento que requiere atención y financiamiento. Hay otros de nicho que hemos ido encontrando una vocación, donde aportamos a la sociedad a través de la especialidad que hemos definido, hay algunos otros que se han dedicado al microcrédito, al hipotecario. Creo que el mercado irá creando nuevos instrumentos y maneras de ir atendiendo los segmentos que están sub-penetrados, pero bajo mi óptica no es que estén en una zona de confort, requieren de especialización cada uno y eso lo va a llevar a tener una mayor mercado.
La reforma financiera no ha dado más créditos, no está la legislación secundaria, se dijo que las tasas de interés bajarían y no ha sido así. ¿Qué pasó?
—Difiero de eso. Si vemos los resultados de la reforma financiera en 12 meses son muy importantes. El primero es la penetración del crédito como porcentaje del PIB.
Otro logro ha sido el crecimiento del crédito a través de la banca de desarrollo. Por ejemplo, muchos de los proyectos que estructuramos este año tienen que ver con que tuviéramos estas garantías de la banca de desarrollo, la cual ha sido más proactiva que en el pasado. Ha habido avances.La misma regulación también ha tenido avances, en materia de evaluación del riesgo para efecto de creación de reservas, para efectos de liquidez, tenemos un sistema financiero que es muy sano. Somos una de las bancas mejor capitalizadas del mundo, hemos adoptado reglas de Basilea III mucho más rápido que otros países, esto es bueno en función de tener un sistema sólido para las inversiones que vienen.
Es una banca bien capitalizada, pero han habido fraudes ¿qué pasa? ¿Hay que regular o vigilar más?
—Hay que ponerlo en contexto. Oceanografía, el Banco Bicentenario, Ficrea, no son la generalidad del sistema financiero. México aprendió mucho en el pasado de los malos créditos y hoy los niveles de autorregulación y regulación tienen estándares muy altos. Aquí lo vivimos internamente, la cantidad de procesos por los que pasamos para dar un crédito son muchos, no nada más evaluamos en el caso de un gobierno estatal, no solo revisamos sus finanzas, sino todos los riesgos que pudieran haber alrededor, y hemos avanzado mucho en cuestiones como gremio, de autocontrol y la regulación… hemos sido punta de lanza inclusive en muchos casos. No nos pasó en la crisis lo que le pasó al resto del mundo, a EU y Europa con sus bancos, acabamos con una banca muy sólida. Y me regresos a la reforma financiera con estos ejemplos: La reforma permitió que casos como Bicentenario y algunos otros, se resolvieran rápido y bien y no crearan riesgo sistémico en el mercado.
¿La autoridad debe apretar más? Está el riesgo de sobrerregular...
—La regulación es dinámica y hay que cuidar que haya un balance entre el control y el desarrollo del sistema. Como instituciones necesitamos estar con los ojos abiertos porque la regulación cambia rápido y necesitamos asegurarnos que tengamos esta capacidad de reacción. Necesitamos seguir desarrollando esta penetración de nicho. Pensar que todos los bancos van a salir y hacer este modelo exitoso de prestarle todo a todos no es racional. Necesitamos asegurarnos que todos estos bancos que han venido naciendo a lo largo de los últimos años tengan un modelo de negocios…. que encuentren su vocación y agreguen valor.
En cuanto a la energética ¿cuánto estarían financiando?
—No vamos a financiar los grandes proyectos, porque no es nuestro segmento. Financiamos lo que hemos llamado la segunda derivada en infraestructura de la reforma energética. Si mañana salen que van a hacer una refinería en algún estado, trabajamos con esa entidad para que tenga la infraestructura necesaria para ser elegibles y que la refinería se haga en su localidad. Trabajamos con ellos en carreteras, plantas de tratamiento de agua, cárceles, escuelas, universidades, y es el tipo de infraestructura en la que estamos.
¿Nos interesa analizar los grandes proyectos como trenes, aeropuerto o plataformas? No, los analizamos y si es conveniente participamos, pero ahí no es donde agregamos valor. Agregamos valor en este segmento a nivel subnacional, a nivel estados, municipios.
Traemos 80 mil millones de pesos en cartera de crédito, pensamos llegar a 109 mil millones de pesos para finales de año. Tenemos una tasa de crecimiento que será de entre 25% y 30% en la cartera.
Está dividida en tres bancas: banca del gobierno, de infraestructura y banca pyme, pero todo al final del día es financiar infraestructura, en el caso de Interacciones.
¿Cómo ven el sentimiento de los inversionistas hacia el país, en el crecimiento, la violencia?
—Es responsabilidad de todos como mexicanos, mandar el mensaje que estos temas de violencia, si bien son lamentables y hay que hacer algo para abatirlos, no son la realidad de todo el país. Hay oportunidades y hoy con el tema de la reforma energética, México tiene una oportunidad que no se va a repetir. Vemos a los inversionistas muy entusiasmados, por ejemplo en temas de petróleo. Hoy el precio está bajo, nada más que ellos se fijan en cómo está el precio a lo largo de la vida del activo en el que van a invertir, y estos activos tienen una vida útil que a veces que rebasa los 50 años y estiman cómo estará el precio del crudo.
Es más, en Interacciones estamos por sacar un fondo de inversión que va a participar con capital en proyectos de infraestructura y el apetito que vemos de los inversionistas es grande.
Este fondo valdrá casi 500 millones de dólares, se va a colocar con un componente nacional y uno internacional, el apetito es grande del lado internacional. Sin embargo, por estrategia queremos asegurar que haya un componente nacional importante.
Esos 500 millones de dólares vamos a ponerlos a participar en proyectos por hasta 2 mil millones de dólares, en su primera etapa; hay un componente de financiamiento y otro de capital, debería estar activo en los siguientes 10 meses. Son recursos para proyectos de infraestructura a lo largo de todo el país, otros tendrán que ver con el tema energético, seguridad, hidráulico.
Ya estamos en trámites, debería estar colocándose hacia principios del tercer trimestre del año.
Hay que ser objetivos, el país tiene retos, pero también oportunidades que son más grandes y la capacidad que tenemos como Interacciones de hacer crecer estos es muy grande.
¿Los mexicanos somos pesimistas? Hace dos años nos vendieron otro país y ahora hay menor crecimiento, violencia y volatilidad, el panorama cambió.
—Interacciones también está adentro y somos positivos porque sabemos que a lo largo de financiar estos proyectos de infraestructura estamos haciendo más chica la brecha en la desigualdad social. Estamos fomentando un crecimiento en la economía, generando empleos. Todos estos factores son en los que nos debemos enfocar para mitigar los otros que son una realidad y ahí están, pero nuestra labor es la de aprovechar y capturar estas oportunidades y en función a eso elevar la calidad de vida de los mexicanos.
¿El momento mexicano llegó para Interacciones?
—El momento mexicano sí llegó para Interacciones y para muchos mexicanos. Es un tema de cambiarnos el chip, no es hacer caso omiso de lo otro, hay que arreglarlo, pero este es un momento de muchas oportunidades. El año pasado visitamos como a 280 inversionistas en 30 países, en lo que va del año como a 60 inversionistas, en unos 20 países y sigue habiendo un interés genuino de participar a México. La gente que viene y está invirtiendo tiene confianza y ve a largo plazo.
¿Hay que entrar en estados dónde falta desarrollo, como Guerrero?
—En general creo que en las 32 entidades federativas hace falta desarrollo y es una oportunidad grande. Y el pastel es suficientemente grande para que participemos más.