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Washington.— Mientras la preocupación de una mayor inestabilidad financiera en los mercados emergentes acapara la atención del Fondo Monetario Internacional (FMI), México se encuentra en una posición más sólida para atender los diferentes desafíos que enfrenta la economía mundial.
“Entre los países emergentes, México está bien ubicado porque tiene fundamentos macroeconómicos sólidos. Es un país que tuvo la valentía de emprender el proceso de reformas y que ahora tendrá que instrumentarlas para que consigan el objetivo de mejorar su capacidad de crecimiento”, comentó el director del Departamento de Asuntos Monetarios del FMI, José Viñals.
En entrevista con EL UNIVERSAL, reconoció que si bien los riesgos de inestabilidad financiera han crecido, México cuenta con la ventaja de estar más vinculado al ciclo económico de Estados Unidos, que tiene mejores perspectivas de crecimiento.
Tanto las reformas estructurales como el vínculo con Estados Unidos hacen que hoy México se vea mejor que economías emergentes de gran importancia como Brasil, Rusia y China, países que enfrentarán escenarios más complejos durante este 2015.
Respecto a la inminente alza en las tasas de interés en Estados Unidos y el impacto que generará en los mercados financieros, José Viñals afirmó que aquellos países que tengan fundamentos macroeconómicos más sólidos serán los que mejor enfrentarán ese escenario, como ya lo demostró México en los últimos procesos.
—Esto demuestra que la llamada recuperación moderada y desigual, calificada también como la nueva mediocridad, no le sienta bien a la estabilidad financiera. En los últimos seis meses hemos visto un incremento a la inestabilidad que han sido más importantes en las economías emergentes y que se han concentrado más en el sistema bancario. Esto ha incidido más en la falta de liquidez de algunos mercados. Estos son los signos evidentes que hemos visto de mayores riesgos en la estabilidad financiera internacional.
Los riesgos se están desplazando de las economías avanzadas a las emergentes en un momento en el que las perspectivas de economías avanzadas mejoran mientras que las de los emergentes bajan
—La crisis financiera ha dejado cicatrices profundas y un legado de endeudamiento elevado en los países avanzados, en las familias y las empresas de determinados países. Al mismo tiempo se dio el final del súperciclo de las materias primas con la disminución de precios de éstas y del petróleo. Si bien esto ha sido bueno para el conjunto del mundo, ha creado tensiones entre las economías emergentes que son países exportadores de petróleo o de materias primas, así como en las empresas que también se dedican a ese giro.
Otro elemento que también ha influido es que la reciente fortaleza del dólar, aunque mejora la competitividad del resto del mundo, tiene un lado negativo para las economías emergentes, esto porque tienen un elevado endeudamiento de dólares y están expuestas al riesgo cambiario, tanto en el sector público como en el privado, y eso también es un factor de vulnerabilidad.
Si juntamos el empeoramiento de las perspectivas de crecimiento de las economías emergentes, la incidencia negativa sobre las economías y empresas exportadores de petróleo y de materias primas por los bajos precios, y la incidencia en aquellas que tienen deuda en moneda exterior, tenemos un conjunto de elementos que complica el panorama de las economías emergentes.
Esto no quiere decir que vaya a haber una crisis en las economías emergentes, pero el entorno ahora es más desafiante de lo que era hace un año o seis meses.
—Creo que las economías emergentes, aparte de estos rasgos generales que comenté, hay que diferenciarlos de acuerdo a lo que ocurre en cada uno.
En el caso de Rusia lo que tenemos es un shock doble, por un lado los bajos precios del petróleo le afectan negativamente, y por el otro lado, debido al conflicto con Ucrania, recibió un impacto en la balanza de capitales por las sanciones que se le han impuesto.
Todo tiene una incidencia negativa en su economía y por lo tanto cuando la economía entra en recesión se resiente en la calidad de sus activos bancarios y eleva las primas de riesgo para empresas y el gobierno ruso al endeudarse en mercados internacionales.
En el caso de Brasil la situación es muy distinta. Es una circunstancia donde los riesgos provienen de un problema de origen interno, de la falta de confianza que ahora existe en el sector privado por la implementación de políticas económicas. Por eso es fundamental el asentar la consolidación de las finanzas públicas, que el banco central mantenga su control y desencadenar las reformas estructurales que mejoren el clima para hacer negocios y su potencial de crecimiento económico.
En China también tenemos un asunto distinto, pues ahora su economía crece a ritmos menos elevados pero más sostenibles. Sin embargo, tiene retos internos como el desinflar, pero sin provocar un colapso, de su sector inmobiliario, el cual está muy relacionado con el sistema financiero, por lo tanto tiene que manejar ese aterrizaje de una manera suave.
Se tratan de situaciones muy distintas, pero unidas porque en cada uno de estos países hay que tener actuaciones de política económica y financiera interna que hay que llevar a cabo para asentar la solidez de sus economías.
—México está bien ubicado porque tiene unos fundamentos macroeconómicos sólidos. Es un país que ha tenido la valentía de emprender el proceso de las reformas, pero éstas hay que instrumentarlas para que consigan el objetivo de mejorar la capacidad de crecimiento de la economía.
México es un país que se puede ver y se está viendo favorablemente afectado por la mejoría de la economía estadounidense. Si bien habrá una incidencia en México por el alza en las tasas de interés de Estados Unidos, esto no es ajeno a un movimiento que será generalizado.
La diferencia es que México tiene una línea de crédito flexible con el FMI, que es un elemento de certidumbre, de seguridad, que incluso no la puede usar, pero ahí la tiene por si acaso.
Así que México tiene un conjunto de factores que le ayudan a mantener la solidez y una economía en la que los inversionistas seguirán depositando su confianza. Esto es muy importante, que el país continúe con esta política que permita a los hombres de negocios mantener su confianza.
—En el caso de México en particular una cosa que es muy importante por parte del sector privado es saber cuánto de ese riesgo de deuda en moneda extranjera está protegido mediante coberturas naturales.
Por ejemplo, una empresa que se endeuda en dólares, pero vende en dólares está cubierta, o una empresa que obtiene instrumentos de cobertura financiera también está blindada. Sin embargo, no tenemos buena información del sector empresarial de los países y por ello es vital que los países lleven una monitorización y supervisión regular más detallada sobre el grado de exposición al riesgo de cambio de sus empresas, incluso teniendo en cuenta los derivados y demás instrumentos.
Los datos que tenemos cuando vemos cuál es la exposición del sector privado directa al riesgo cambiario en cuanto al endeudamiento en moneda extranjera no tenemos a México entre los países con mayores pasivos. Es algo que no hemos singularizado como un caso especialmente preocupante, pero es relevante que se haga un seguimiento del endeudamiento de las empresas en monedas extranjeras.
—Aquellos que trabajen bien a la hora de mejorar sus fundamentos macroeconómicos financieros internos serán aquellos que serán mejor tratados por los mercados en caso de una hipotética subida de las tasas de interés en Estados Unidos.
México se encuentra bien, pero además tiene una ventaja que es su estrecha relación con Estados Unidos, ya que en la medida en que ese país suba las tasas de interés es porque su recuperación ya está más asentada, lo cual beneficiará a México.