Darle crédito a las mipymes de México es algo que ninguna de las instituciones bancarias, ni todas juntas, han podido lograr a cabalidad. De hecho, el financiamiento para las micro, pequeñas y medianas empresas es el principal problema al que estas se enfrentan, el cual, no pocas veces las lleva a la muerte misma.
Por llamarle de alguna manera, la relación entre las Mipymes mexicanas y las instituciones financieras, es tormentosa.
Las empresas necesitan dinero pero no suelen tener garantías que le aseguren a las instituciones bancarias que estas van a pagar y estas instituciones no se han esforzado en realidad por hacerles un traje a la medida.
A pesar de esto, la principal fuente de financiamiento para las Mipymes mexicanas es el sistema financiero formal, según una encuesta realizada por el Inegi. Las empresas tienen urgencia y pocas opciones —60% lo hicieron por estas dos razones, según una encuesta realizada por ComparaGuru.com para EL UNIVERSAL— y se meten a un banco a empezar el trámite. El crédito que obtienen no es barato (ocho de cada 10 considera el precio alto) ni tampoco fácil, sino que tiene mucho papeleo (30% lo considera así).
¿Cómo resolver este problema? Un par de emprendedores mexicanos visualizaron el panorama y decidieron ponerse a trabajar.
El principio de una aventura
Vivir en el epicentro el antes, durante y después de la mayor crisis financiera de la historia, la de 2009, dentro de un banco fincado en Estados Unidos, fue lo suficientemente fuerte para sacudir la conciencia de David Arana, un matemático mexicano que llevaba ya varios años trabajando en el área de créditos de un banco alemán afincado en Nueva York.
Ahí se dio cuenta de que gracias a los avances tecnológicos había cada vez más información, pero sucedía algo curioso: Con esta no se estaban tomando mejores decisiones. Varios bancos se habían declarado en bancarrota y la economía iba en picada. Así que con esta reflexión, se propuso aprovechar esa información para hacer algo propio, pero en su país. La nostalgia por la familia era grande y la “cosquillita” por poner de su parte en el crecimiento y desarrollo de su tierra, también.
“Ya tenía ganas de regresar, de aportar aunque sea un granito de arena, así que en 2013 renuncio con la idea de ayudar a este mercado que lo necesita”, asegura David, desde uno de los cubículos que forman parte de las oficinas de Konfío, el cual ofrece una vista panorámica de la Ciudad de México. El mercado al que se refiere David son las Mipymes mexicanas, las cuales constituyen más de 99% de empresas en el territorio y son las que justamente tienen ese problema de financiamiento. Su apuesta fue, de alguna manera arriesgada. En el universo mexicano de empresas fintech, el cual está en gran crecimiento hoy, son pocas las que se han enfocado en este mercado. El mayor volumen de startups está del lado de préstamos personales.
Fue idea de David pero muy temprano en el camino se encontró a Francisco Padilla, otro mexicano que había conocido en Nueva York, al cual le contó la idea y con el que a partir de ese momento empezó a compartir la visión.
“Entendíamos qué problemática queríamos solucionar pero no el camino preciso. Pero eso se definió en Konfío, ahí fue cuando nació y lo desarrollamos juntos”, asegura.
En los inicios de esta startup, la primera oficina fue el propio departamento de David, en el que él y Francisco, primero armaron el proyecto y después lo echaron a andar, primero, sin ni un peso de financiamiento.
“Cuando dimos el primer crédito, no habíamos levantado capital así que salió de nuestros bolsillos, de los pocos ahorros que teníamos, pero creíamos tanto en esto que lo hicimos”, cuenta David.
El monto fue de 10 mil pesos. Los créditos de Konfío tienen una tasa menor que lo que ofrece un banco. Por ejemplo, en un préstamo de 50 mil pesos —según simuladores— mientras un crédito de banco cobra más de 30% de interés anual, uno de Konfío cobra poco más de 20%. La tecnología a favor del consumidor. “Esto darle herramientas al mercado que más lo necesita y que es el motor de la economía” asegura David.
En el primer año no tuvieron ni un empleado, sólo David y Francisco dividiéndose todas las áreas de la empresa e incluso contestando los teléfonos. En esta travesía, David supo que emprender era como subirse a la montaña rusa.
“Fue difícil aprender a manejar esta volatilidad de sentimientos pero creo que es muy importante el apoyo que tienes de los que te rodean, porque cada día me preguntaba, ¿por qué hice esto?”, cuenta entre risas.
Al pasar de un año, y después de una travesía difícil, Konfío recibió su primera ronda de capital. Ellos tampoco, como otros emprendedores, se salvaron de que les dijeran que estaban locos. “En las primeras pláticas, la gente nos decía estábamos locos y encontramos mucho rechazo a la idea. Era un shock, pero lo vimos como una excelente oportunidad para aprender y cada plática nos daba algo bueno”, cuenta David. Fue un comienzo difícil pero hoy, después de más de cuatro años de haber empezado esta aventura, es de sus mejores recuerdos.
Los inversionistas que apostaron por Konfío en sus inicios y a lo largo de su crecimiento y consolidación como empresa han sido de alto nivel. Entre estos, QED Investors, Kaszek Ventures (el fondo de Hernán Kazah, uno de los fundadores de la argentina Mercado Libre), Jaguar Ventures, Quona Capital, Acción Venture Lab y la Corporación Financiera Internacional, el brazo financiero del Banco Mundial, la cual lideró la inversión de Serie B con 10 millones de dólares invertidos en la startup mexicana.
“Hemos tenido desde el inicio la fortuna de tener muy buenos inversionistas, los cuales tienen expertise en distintas áreas. Somos muy afortunados trabajar con ellos, porque ya pasaron por lo que nosotros. Nos rodeamos de ellos y nos dan consejos, son unos grandes aliados”, explica David.
La startup mexicana es pionera en el ecosistema fintech —este conjunto de empresas relacionadas con los servicios financieros a través de la tecnología— el cual hoy está en auge en México. Junto a Konfío, Clip y Kubo Financiero allanaron el camino desde distintas trincheras.
Konfío ha participado dos veces por invitación de Google en su aceleradora para países emergentes y en esta segunda vez, Francisco volvió como mentor. La quinta edición del Launchpad Accelerator de Google empezó a principio de febrero y Konfío fue escogida otra vez por Google para aplicar herramientas como la inteligencia artificial y el machine learning a la mejora de sus procesos y productos.