Dentro del Paquete Económico 2014, se presentó al Congreso el proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación, en donde se propone lo que el Gobierno de la República pretende gastar en el siguiente año. Entre los múltiples rubros que contiene, destaca uno de los más importantes que es el referido al gasto en nómina de los trabajadores del gobierno.

Como señalamos en una entrega anterior (“Que gordo es mi gobierno”. Ciscomentario 611 de junio 17), en México, en los últimos sexenios el número y costo de los burócratas se ha incrementado de manera significativa en todos los órdenes y niveles de gobierno. En una década, el tamaño de la nómina creció casi 1.5 veces, un 141.6% en términos nominales. 2014, no será la excepción en lo referente al incremento en el número y costo de la burocracia.

De acuerdo con el proyecto de PEF, la Administración Pública Federal contará el próximo año con una nómina más abultada, así el rubro de Servicios Personales (que incluye las Aportaciones Federales para este concepto) se incrementará un 6.7% respecto a 2013, unos 64 mil 440 millones de pesos. Si a este monto le sumamos el aumento para el pago de pensiones (unos 87 mil 832 millones, un 20% más que en 2013), tenemos que la nómina federal crecerá 152 mil 268 millones de pesos, un 10.8% más en términos nominales. Aquí, cabe recordar que el Presidente Peña Nieto indicó que con la Reforma Hacendaria se pretendía recaudar unos 240 mil millones; pues bien, de ser así, 63 % de ese incremento en impuestos se irá a la nómina.

Ahora bien, según el Tomo VIII del proyecto de PEF relativo al analítico de plazas, el Gobierno Federal en sus varias dependencias (Presidencia, Secretarías y empresas, sin contar al Conacyt y tampoco órganos autónomos, otros poderes y gobiernos estatales y municipales) ocupará a un millón 115 mil 548 trabajadores en 2014, aproximadamente 5 mil 390 burócratas más que en 2013. Las dependencias donde más crecerá el número de trabajadores son Gobernación (por la absorción de la Secretaría de Seguridad Pública), Relaciones Exteriores, Agricultura, Economía, Salud, Trabajo y Previsión Social, Energía, Tribunales Agrarios, Semarnat y Sedatu.

No eludimos el hecho innegable de que una buena parte de la nómina del gobierno se destina al pago de sueldos, salarios y prestaciones de los servidores públicos que más contacto tienen con los ciudadanos, desde médicos y profesionales de la salud, pasando por policías, efectivos del ejército, maestros (aunque no den clases), los trabajadores de CFE, y claro los que atienden en las ventanillas de trámites. Este personal es sin duda indispensable; solamente hay que cuidar que no sea excesivo al grado de que se vuelva ineficiente u oneroso. Esto es importante porque uno de los más graves problemas de las finanzas públicas son los pasivos por pensiones, caso destacado el de los trabajadores del IMSS y Pemex. En el IMSS, el pasivo actuarial por las pensiones de sus jubilados, es de 6 a 8 por ciento del PIB; en Pemex, la situación es más grave, su pasivo laboral está entre 9% y 11% del PIB.

En este contexto, vale la pena evaluar los costos y beneficios del Servicio Profesional de Carrera que buscaba profesionalizar a los funcionarios públicos, pero que en muchos casos terminó por generar plazas inamovibles y costosas. Así, se da la situación de que al no poder asignar la plaza a un conocido del nuevo jefe, porque el trabajador que la ocupa no puede ser fácilmente despedido, se opta por crear una nueva o contratarlo por honorarios. Así, se crea una suerte de aviadores legales, porque cobran sin hacer algo útil, ya que no son ocupados por su nuevo jefe. Tenemos sin duda una burocracia abultada, y bien pagada. Algunos estudios muestran que alrededor de 150 mil funcionarios federales reciben al menos 500 mil pesos al año, eso los ubica en los más altos deciles de la distribución del ingreso en la población.

Cabe señalar que en el Reporte Global de Competitividad del Foro Económico Mundial 2013-2014, la burocracia se identifica como la tercera barrera para hacer negocios en México. Es indispensable que el gobierno adelgace, tanto en número como en costo, si quiere convencer a los causantes que la reforma hacendaria promoverá el crecimiento económico y el bienestar social.

* Presidente de Consultores Internacionales, S.C.

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