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El Banco de México (Banxico) ajustó ayer su estimado de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para 2015, debido a la caída en los precios del petróleo, la menor producción del crudo, así como señales poco claras de recuperación del consumo privado.
Así la junta de gobierno del banco central mexicano recortó su pronóstico de expansión, al pasarlo de un intervalo de entre 3% y 4% a un escenario más modesto de 2.5% a 3.5%.
Durante la presentación del Informe trimestral de inflación de octubre-diciembre de 2014, el gobernador de Banxico, Agustín Carstens, también informó del ajuste a la perspectiva de crecimiento del PIB de 2016, que ahora es de 2.9% a 3.9%, desde el previo de 3.2% y 4.2%.
Advirtió que, a pesar del recorte en las previsiones, aún persisten riesgos que podrían afectar todavía más el desempeño de la actividad económica en los próximos meses y derivar en un menor crecimiento del esperado.
Entre esos focos de atención citó: un crecimiento de la economía mundial menor a lo previsto, la intensificación de la volatilidad e incertidumbre en los mercados financieros internacionales, así como una disminución adicional en el precio del petróleo y en la plataforma de producción que afecte las cuentas externas y las finanzas públicas.
Un tema más que destacó el gobernador de Banxico fue el deterioro social de los últimos meses, que puede afectar de manera más importante las decisiones de gasto de los agentes económicos del país.
Reconoció que los problemas de inseguridad pública ya tienen un impacto negativo en el PIB, pues el fenómeno incide en un menor comercio, baja en el turismo de algunas entidades, así como en los empresarios que han visto afectada su actividad a raíz de este asunto.
Mañana el Instituto Nacional de Estadística y Geografía dará a conocer el reporte al cuarto trimestre del PIB de 2014 y, de acuerdo con especialistas y el propio Banxico, se espera que el crecimiento de la economía sea de 2.1% al cierre del año anterior.