Los intereses económicos involucrados en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) limitan las posibilidades de su cancelación a sólo 25%, dijo el Premio Nobel de Economía, Paul Krugman.
En un foro organizado por The New York Times, el académico calificó como “píldoras venenosas” las demandas estadounidenses, sobre cambios en vigencia del acuerdo y en reglas de origen.
“Hay mucho dinero invertido en la continuación del TLCAN; ya no tenemos un sector de una industria mexicana ni estadounidense, sino más bien un complejo de fabricantes norteamericanos, es decir, empresas integradas que han construido sus líneas de manufactura a partir de la ventaja del libre intercambio”.
En la cuarta ronda de renegociaciones del TLCAN, Estados Unidos planteó una vigencia de cinco años a menos que sus socios expresen interés de continuar.
El economista dijo que ese tipo de propuestas aniquilan la principal ventaja del TLCAN, que no son sólo las bajas tarifas arancelarias, sino también la certidumbre que ofrece a las empresas que realizan inversiones de largo plazo.
“Por estas consideraciones el TLCAN está consolidado, pero en Estados Unidos hay una presidencia imperial, con un mandatario que quiere hacer cosas totalmente locas, y las puede hacer... Estamos en problemas. Como un acto de venganza, ira o por inseguridad, [Trump] puede destruir el TLCAN”, opinó.
Escenarios sin acuerdo. Paul Krugman dijo que en caso de que el TLCAN concluya hay dos escenarios. Uno suave, en el que se apliquen las reglas de la Organización Mundial de Comercio (como en el Brexit), y uno duro, en el que Donald Trump decidiera imponer aranceles elevados (30%) a los productos mexicanos, lo que puede generar un impacto más negativo a la economía.
“De cualquier manera México va a sobrevivir, es un país que tiene una economía robusta, tiene una fuerza de trabajo dispuesta, ha adquirido muchas habilidades en la manufactura durante los últimos 30 años, pero sí va a quedar más pobre de lo que estaría”, afirmó el Nobel, quien pronosticó que las negociaciones del TLCAN concluirían con cambios “cosméticos” que aun cuando no sean sustanciosos le permitirán decir a Trump: “Me salí con la mía”.
López Obrador no preocupa. Sobre las próximas elecciones presidenciales en México, Krugman dijo que la prensa en inglés retrata al líder de Morena, Andrés Manuel López Obrador, como populista peligroso, pero cuando habla con la gente en México ve que están más relajados y menos preocupados sobre lo que puede suceder si gana en 2018.
“Supongo que es una persona razonable, no lo sé, pero me viene a la mente el caso de Lula en Brasil, antes lo retrataban como un hombre que daba miedo y resultó ser un buen gobernante”.
En su opinión, los grandes corporativos estadounidenses y de otras nacionalidades son sofisticados porque han trabajado en México por décadas y no van a entrar en pánico con la óptica del líder, van a realizar una valoración realista, por lo que no cree que haya que preocuparse con ese desarrollo político en México que no es radical ni peligroso, “no creo que vaya a amedrentar a las empresas que trabajan aquí”, concluyó.