Pasada la década de 1940, la empresa mexicana Deiman creó un sabor que conquistó el paladar de los mexicanos: la grosella.
A la fecha, 98% de las paleterías en México utilizan esta materia prima producida en la Ciudad de México y los planes de la empresa apuntan a duplicar sus exportaciones este año, además de llegar a nuevos mercados, como Cuba, Perú y Colombia.
En la actualidad, Deiman exporta sus materiales a seis países y sus envíos al extranjero representan cerca de 3% de su producción; sin embargo, para 2017 la compañía de la familia Medina (de donde toma el nombre la empresa) planea incrementar la participación de sus exportaciones a 6% de su producción.
El sabor grosella fue uno de los detonantes en el crecimiento en la historia de Deiman. Este sabor aporta 4% de los ingresos del corporativo en la actualidad, lo que resalta dentro de un catálogo de 2 mil 800 colorantes y saborizantes desarrollados por la firma. Aunque no se ofrecieron datos de las ventas totales de Deiman, el sabor grosella vendió más de 10 millones de pesos en 2016.
En familia. En 1938, José Alberto Medina Fernández, proveniente de Celaya, Guanajuato, fundó Deiman en la Ciudad de México. Hoy su nieto José Medina Flores es el director general del corporativo y los planes de la familia apuntan a reforzar su presencia internacional, donde Estados Unidos es el mercado más atractivo.
El mercado estadounidense capta la mayor parte de las exportaciones de Deiman; la firma tiene un centro de distribución en El Paso, Texas, y el consumo de la población hispana ha favorecido la demanda de saborizantes con sabores mexicanos en el vecino país.
El resto de naciones en Centro y Sudamérica también están en la mira de la empresa para crecer en los próximos años.
“Lo que más tuvo éxito en un mercado como Perú (donde se han hecho envíos intermitentes) fue el limón mexicano, la grosella o la vainilla, sabores que les parecían innovadores. Después ya nos pidieron sabores locales y que son más queridos, nos tuvieron confianza”, explicó Medina Flores.
México se mantiene como el mercado más robusto para Deiman, para el cual se espera un crecimiento de 7% anual en promedio para la industria confitera y el valor de este sector se calcula en 5 mil 400 millones de dólares para 2017. Dentro de esta categoría, el mercado mexicano es el segundo país más importante en la región, sólo por debajo de Brasil.
Deiman estima que la industria de saborizantes en México vale 330 millones de dólares y asegura dominar 6% del mercado nacional.
Además de la grosella, los productos estrella para Deiman son vainilla, fresa y chocolate, aunque también produce sabores exóticos, de especias y picantes. Con su planta de producción en el país, sus cuatro centros de distribución y más de 300 colaboradores, la firma abastece a 30 mil paleterías, 27 mil panaderías y 70 mil cafeterías en el territorio nacional.
Juan José Thuemme, saborizante global de Deiman, y Karen Gómez, encargada del área de mercadotecnia, explicaron que la compañía tiene más de 8 mil 900 productos en su sistema, más de 4 mil sabores (no todos en catálogo) y su producción asciende a 4 mil toneladas mensuales de producto.