Si te parece caro pagar entre 13 y 17 mil pesos al año por cuidar tu salud a través de un seguro de gastos médicos tienes que pensarlo dos veces. Las enfermedades no avisan y se pueden convertir incluso en un problema financiero. Basta ver cifras que puedan contrastarlo. El costo de atención promedio por año-paciente de cáncer de mama se estimó en 110 mil 459 pesos, de acuerdo con el estudio El costo de la atención médica del cáncer mamario: el caso del Instituto Mexicano del Seguro Social.
¿Estarías en posibilidades de pagar al año una cifra de esta magnitud por año? La respuesta casi segura es no. Así que en realidad no tener un seguro de gastos médicos es lo que realmente sale caro.
“Cualquier elemento que proteja tu salud y la de tu familia es una muy buena inversión”, asegura Nora Lara, Product Manager Master de Salud en Axa Seguros.
Desgraciadamente, la mayoría de los mexicanos no lo piensa así. Sólo 30% tiene seguro de gastos médicos, de acuerdo con información de la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera, Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) procesada por la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef).
La aseguradora Mapfre es menos optimista y señala que sólo uno de cada cinco mexicanos tiene seguro de este tipo y que en general, los mexicanos prefieren contratar el de auto.
Así que lo mejor es comenzar ahora. Aunque tengas algún seguro como IMSS o ISSSTE conviene estar protegido contra algunas enfermedades. Siempre es posible sacarle jugo a un seguro de gastos médicos.
Antes de contratar uno, hay varios términos que tienes que conocer para entender mejor tu seguro médico y en general, cualquier tipo de seguro: deducible, coaseguro, periodo de espera y preexistencia.
En cuanto al deducible, es “una cantidad de dinero que tú convienes en pagar como parte de una reclamación antes de que el asegurador se comprometa a pagar el resto del importe”, según define la aseguradora GNP. Esta cifra se relaciona con el costo de la póliza. Al respecto, tienes que preguntarte qué cantidad estás dispuesto a cubrir.
Para entender el deducible, GNP pone un ejemplo: “Si tienes una cobertura con un deducible de 200 pesos y tuviste una pérdida de 500 pesos, tendrías que pagar 200 pesos y la compañía de seguros lo que falta, que serían 300 pesos”.
Existe una relación entre el deducible y el costo de la póliza. Si el deducible es más alto, el costo de la póliza será más bajo y viceversa. Así que debes de considerar esta situación a la hora de fijar tu deducible. ¿Cuánto estás dispuesto a pagar por tu cuenta y en qué momento buscarás que tu seguro cubra tus gastos médicos? Porque la aseguradora no pagará montos menores al del deducible. Si no quieres pagar una prima muy alta, es recomendable que estipules un deducible alto.
“Para fijar esta cantidad, se tiene que analizar bien el ingreso de la familia, cuánto se quiere destinar a seguros y cuánto se puede destinar ante una eventualidad”, recomienda Nora Lara, Product Manager Master de Salud en Axa Seguros.
El coaseguro es un porcentaje del siniestro que el usuario tiene que cubrir. La Condusef explica el objetivo de pagar esta cantidad: “El pago de esta cantidad tiene como objeto que sólo se utilice el seguro en caso de una enfermedad realmente grave, pero generalmente la aseguradora no cobra ni deducible ni coaseguro en el caso de accidentes”.
El periodo de espera es el tiempo que establece la póliza a partir de que contratas el seguro en el que la aseguradora no cubre los gastos por tratamiento de ciertas enfermedades. En este sentido, debes de fijarte en los periodos de espera que tienes para cada enfermedad o condición. Por ejemplo, en el caso de la maternidad, es necesario que ocurran 10 meses para que algún seguro te cubra esta condición, pero en el caso de accidentes se cubren desde el día uno. Tienes que tener claros estos periodos de espera para que al momento de querer validar una cobertura no te sorprendas.
La preexistencia se refiere a las enfermedades o padecimientos que iniciaron antes de la contratación del seguro y las cuales, por lo tanto, no estarán cubiertos por éste.
Otros detalles
Ya teniendo claros estos términos, tienes que buscar que este seguro se ajuste a tus necesidades.
Por ejemplo si eres una persona que sale mucho al extranjero, debe de tomar las previsiones necesarias. Si el seguro es para una pareja, es probable que sea mejor contratar un seguro de maternidad extendida.
Al respecto, Sonia Sánchez, autora del libro Diario de una oveja financiera asegura que la estrategia que adoptes al contratar tu seguro de gastos médicos mayores debe de ajustarse a la edad y necesidades del asegurado.
“Si se trata de alguien mayor de 50 años, sube el deducible lo más alto que puedas. La razón de esto es simple, lo mas probable que de niño tengas accidentes o hospitalizaciones cortas, si eres mayor vas a ir al hospital por cosas más complicadas como operaciones y tratamientos”, recomienda en su blog.
La recomendación es que busques a un asesor de seguros que te explique de arriba abajo las especificaciones del seguro que buscas contratar.
En este camino de elección de un seguro médico tendrás que elegir la gama de hospitales, especialistas (y sus honorarios) con los que te quieres atender. Esto lo tendrás que hacer con base en la zona en la que vives, el dinero que quieres pagar por ello y las necesidades de salud particulares.
Al respecto y de manera muy general, Eloy López, director del despacho Previsión Financiera y asesor de seguros, recomienda que escojas un nivel de acceso medio a hospitales y un tabulador medio de honorarios de tus médicos.
Además de estas dos coberturas, López recomienda que un seguro de gastos médicos tenga también una buena suma asegurada —la mayoría la manejan de 100 millones pero no escatimes porque esto no va a bajarte el importe de la prima—, un deducible máximo de 30 mil pesos y un coaseguro de alrededor de 10%.
Así es el pago
Entre los consejos que da la aseguradora Metlife está el que confirmes las formas de indemnización de tu póliza de gastos médicos. Esto puede ser de dos maneras, ya sea que la aseguradora pague directamente al médico o prestador de servicios, todos los seguros lo ofrecen y se llama pago directo. Esto aplica cuando el asegurado notifica a su compañía desde el momento en el que se internó en el hospital. Éste y el médico tienen que formar parte de la red de la compañía.
Cuando esto no es así, el asegurado debe pagar directamente a los prestadores de servicio y posteriormente ingresar la solicitud de reembolso.
Sobre todo, la recomendación es que te informes bien de qué seguro estás contratando para que al momento de utilizarlo no surjan sorpresas y sobre todo, desilusiones.