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Formación de capital, crédito e inversión extranjera

Formación de capital, crédito e inversión extranjera
20/12/2013 |00:38
Redacción Querétaro
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En 2013 la formación bruta de capital fijo (FBCF) como proporción del producto interno bruto (PIB) se estima en 22.2%. Es casi la misma cifra de 2006 y la de 2007. En 2009, Cepal reporta un coeficiente de inversión de 22.4 y en 2012 fue de 22.5. Son muchos años sin cambios en esta materia. Se han realizado privatizaciones, eliminado techos en las tasas de interés que cobran los bancos, descartado reglas para asignar crédito a actividades económicas específicas, suprimido obstáculos al ingreso y salida de capitales; pero ello no ha implicado incremento relevante de la FBCF.

No existen restricciones para que capitales del exterior adquieran deuda pública o documentos emitidos por las empresas y puedan venderlos en cualquier momento y retirarse del país. Desde hace años es posible vender la participación en una compañía y salir del territorio nacional, como también es posible realizar adquisiciones de la más diversa naturaleza. En la banca, las compañías de seguros y las afores se han producido cambios de propiedad varios entre firmas extranjeras. Sin embargo, ello no ha implicado un crecimiento del coeficiente de inversión.

La encuesta de Banco de México sobre financiamiento de las empresas de noviembre de 2013, sigue reportando que la mayor parte se financia por proveedores, el 85% de las compañías. A la banca comercial recurre solo un tercio de las empresas. La colocación de deuda es utilizada por 5% de las firmas, todas ellas con más de 100 empleados. Los cambios hechos en materia del sistema financiero desde finales de los 80, sumados a varios realizados en los 90 y la participación dominante de bancos extranjeros en el sistema no han generado una nueva situación.

Hoy se insiste en el carácter positivo y necesario de la inversión extranjera, en particular la directa. Los hechos de finales de los 80 a la fecha no permiten sostener una conclusión de esta naturaleza. Por ejemplo, en la generación de electricidad hay una notable participación de productores privados independientes (PPI) sin existir reducción en las tarifas que pagan los hogares.

La inversión extranjera tiene diversos efectos en las economías que la reciben. La difusión y apropiación de nuevas tecnologías no es un hecho necesario. También es distinto el impacto cuando actúa en asociación con capitales del país que la recibe y existen mas diferencias cuando parte importante de lo que se produce se destina al país en que se establece la filial y se utilizan bienes de capital e insumos generados en ese país. En México las dos mayores actividades manufactureras que explican gran parte de las exportaciones incluyen una gran cantidad de partes importadas y una proporción aún mayor de la maquinaria y equipo con que se fabrican estos bienes.

En años recientes el ingreso neto de IED ha variado de manera notable. Por ejemplo, en 2007 y 2008 las cifras fueron superiores a los 23 mil millones de dólares. En 2009 hay una reducción notable producto de la recesión global y la crisis económica generalizada. Las condiciones de la economía de México no contribuyeron a modificar la situación. En 2013, la cifra incluida en el Balance Preliminar de las Economías de América Latina de Cepal es de 24 mil 600 millones de dólares. En esa cantidad debe considerarse la operación de compra por más de 17 mil millones de dólares del Grupo Modelo por AB InBev, con matriz en Bélgica. Esta adquisición no implica ampliación de la capacidad de producción en las plantas de Grupo Modelo. Es posible que parte de los capitales comprometidos en la operación hayan salido del país. Como se muestra en la gráfica adjunta, en varios años las transferencias netas de recursos del exterior a la economía mexicana son notablemente inferiores a los ingresos netos de IED. La transferencia neta de recursos, que es el resultado de restar al total de ingresos netos de capitales los pagos netos de utilidades e intereses, es de apenas 2 mil 849 millones de pesos. Los ingresos de IED incluyen reinversión de utilidades y deben sumarse o restarse a los ingresos por colocaciones financieras y por créditos. Todos ellos demandan pagos de intereses o pagos de utilidades, por lo que el aporte neto a la formación de capital puede resultar ínfimo o incluso negativo.

Académico del Departamento de Economía UAM-Iztapalapa