Ricardo Gutiérrez cayó en quiebra durante la devaluación que hubo en México en el año 1994. Ante esa circunstancia comenzó a usar sus tarjetas de crédito hasta saturarlas, y actualmente debe más de tres millones de pesos, derivados de intereses por falta de pago.

Esa persona cuenta que hace casi tres años hizo una reestructuración de su deuda; sin embargo, hasta el momento debe incluso más dinero y sólo ha pagado “interés sobre interés”.

Al respecto, la Organización Nacional de la Defensa del Deudor indica que menos de 8% de las personas que aceptan una reestructura por parte de las instituciones bancarias, logra liquidar su deuda bajo ese sistema.

Por ello, recomienda recurrir a una “Quita”, un convenio entre acreedor y deudor, donde el moroso paga en promedio entre 30 o 40% de su deuda al banco, y éste renuncia a su derecho sobre el resto del monto de adeudo y acepta el quebranto causado.

Sin embargo, en México eso genera un reporte ante el Buró de Crédito, por el cual ninguna otra institución le otorgará préstamos durante seis años, advierte.

De acuerdo con la organización, recurrir a un acuerdo de este tipo es necesario cuando pasaron por lo menos tres meses o más sin cumplir, aunque sea con el pago mínimo y cuando la institución ya vendió su deuda a alguna empresa de cobranza.

En el caso de las reestructuras, la entidad financiera a la que debe, evalúa su caso y le presenta un cambio a pagos fijos mensuales.

Pero, esos planes de pago no funcionan con economías muy afectadas, asegura la organización civil, pues manejan plazos de hasta 60 meses y el pago mensual de una deuda reestructurada es más alto que el mínimo mensual.

Con una reestructura, terminará pagando dos o tres veces más de lo que debe y si por alguna razón no realiza sus pagos, se cancela automáticamente ese plan y se genera un nuevo saldo, en el cual se suman los intereses de la nueva estructuración al saldo pendiente y termina debiendo lo mismo o más de lo que debía al principio, señala la organización.

Recomienda para esas negociaciones, consultar a un experto, para evitar ser engañado con falsos descuentos o estafas por parte de los despachos de cobranza.

Lo básico para resolver su deuda

Los especialistas de la Organización Nacional de la Defensa del Deudor añaden que para resolver los problemas de deudas hay diversas alternativas, por ejemplo: reajuste sus gastos de acuerdo con sus ingresos, determine cuáles son los egresos necesarios, como el pago de servicios y de renta. Recorte todos sus gastos superfluos, la diferencia que reste lo puede abonar a sus deudas.

El hecho de sacar una nueva tarjeta para pagar otra “es un grave error”, aseveran, y no pida prestado para pagar deudas.

“Las deudas no se pagan con nuevas deudas, se pagan ya sea con un ingreso extra o reduciendo gastos”, resaltan.

El ahorro es vital para salir de las deudas, pero no guarde su dinero en un lugar donde deba dinero, pues las instituciones bancarias pueden cobrarse de ahí y si su nómina es pagada en un banco con el que tenga adeudo, solicite el depósito en otro banco, en efectivo o cheque, agregan los especialistas de la organizacion.

La suspensión provisional de pagos también es una opción y es un sistema utilizado por empresas y países cuando están al borde de la quiebra.

Los representantes de la organizacion refieren que luego de unos cuantos meses de no pagar, el banco también tratará de negociar la liquidación de la deuda mediante algún descuento.

Al suspender temporalmente sus pagos, mejorará su economía y dejará de endeudarse para tratar de cubrir los pagos a los bancos.

De acuerdo con lo señalado en el artículo 17 de la Constitución mexicana, deber dinero no es un delito, por lo cual no puede ir a la cárcel. Lo que sí pueden hacer los bancos es embargar sus bienes.

Aunque todo acreedor preferirá negociar antes de entablar un juicio costoso y sin garantía real de recuperar dinero, afirman Organización Nacional de la Defensa del Deudor.

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