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Salir de la universidad y enfrentarse a la arena laboral para conseguir un trabajo en lo que se estudió siempre será un reto que todo egresado va a tener que atravesar y que, tristemente, en México no todos aprueban con éxito. De acuerdo con datos de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco Servytur), 55 de cada 100 profesionales no ejercen o no encuentra trabajo en las áreas que estudió, según la Encuesta de Competencias Profesionales 2014 realizada por el Centro de Investigación para el Desarrollo (CIDAC).

Antes, el ‘papelito’ te garantizaba un espacio en el campo de trabajo, pero hoy la realidad es otra: “Mientras hace unas décadas era una condición suficiente contar con algún título universitario, en el mundo actual es sólo en el mejor de los casos una condición necesaria que pocas veces garantiza el acceso a un empleo atractivo”, sostiene el CIDAC.

Entonces, ¿qué es lo que los empleadores están buscando de los egresados? Primero, hay que entender que hoy se libra una batalla por el talento allá afuera, y que la escasez de talento cualificado es un “freno de mano” para el crecimiento, como lo señala un análisis de la consultora Hays México.

La problemática es que las empresas están buscando perfiles que nadie está lo suficientemente calificado para cubrir.

La situación es complicada y, si bien requiere una cooperación entre las universidades, ya sea privadas o públicas, y los gobiernos, como individuo es posible hacer un esfuerzo por llenar los huecos y convertirse en el colaborador que las empresas necesitan.

Especialmente, las industrias como las de la construcción, informática e ingeniería, sufren de este problema.

El ejercicio realizado por CIDAC coincide con este ángulo. La brecha entre la preparación de los egresados y lo que piden las empresas es grande. Pero también asegura que la respuesta “va más allá del salón de clases”, es decir, que no todos los conocimientos vienen de la escuela y que en el salario futuro y éxito laboral del individuo también influye su “experiencia, motivación e intensidad de esfuerzo”.

Las respuestas de algunos empleadores compiladas en este estudio dan claves para entender las carencias de los más jóvenes: “En un candidato a un puesto sólo necesito que traiga buena actitud, todo lo demás yo se lo enseño”. “Los recién egresados son muy impacientes: muy rápido quieren buenos puestos y una buena remuneración”. “En lugar de estar preparando a ‘los líderes del mañana’ que mejor preparen buenos profesionistas, cumplidores, inteligentes, trabajadores y comprometidos con el país”. “Además de enseñarles conceptos a los jóvenes, hay que enseñarles a trabajar y a ser responsables”.

La experiencia no lo es todo

Con todos estos señalamientos, es fácil entender por qué la recomendación que nuestros padres solían hacer —la de tener experiencia, de otra manera nadie nos contrataría— ya no es del todo cierta.

Griselda Hernández, directora general de Kelly Services México, explica que ahora la persona debe tener otras aptitudes, más allá de la experiencia. Las empresas ponen atención también en otras habilidades, tales como el trabajo en equipo, la flexibilidad ante los cambios o la capacidad de adaptación.

No te confíes, la recomendación siempre será que busques trabajo mientras estudias la carrera, porque esto te permitirá que no llegues con “0 kilómetros recorridos”, explica Mayra Ortega, directora general de Lucas5, empresa especializada en la búsqueda de talento.

Sin embargo, si no lo has hecho, tampoco tienes por qué desanimarte, ya que estas habilidades antes mencionadas son también muy importantes antes de ir a tocar la puerta. No se trata de que vayas pregonando que lo sabes hacer, porque hoy, esas habilidades ya deben formar parte integral de ti.

En el caso del trabajo en equipo, por ejemplo, WePow, una consultoría enfocada en los procesos de atracción de talento a través de video, recomienda que no lo digas expresamente en la entrevista de trabajo, porque saber trabajar en equipo ya se da por hecho: “En realidad no es un punto interesante para destacar de uno mismo. Sé más profundo y creativo y dirige la conversación hacia las cosas que te distinguen”, sostiene. Antes de pregonar que tienes no sólo ésta sino el resto de habilidades, debes exponer con ejemplos que demuestren que las tienes.

No sólo español

Por supuesto, el tener conocimientos de idiomas es esencial. No sólo de inglés, sino incluso del propio idioma nativo, español. De acuerdo con el ejercicio realizado por el CIDAC, en los primeros tres lugares de las competencias básicas que no encuentran las empresas en los recién egresados está en primero la comunicación escrita en español, seguida de la oral en este mismo idioma. Por favor: ¡Aprende a hablar y a escribir correctamente!

En tercer lugar del conteo de CIDAC, se encuentra la comunicación oral en inglés. En México, es común que el conocimiento de inglés sea más bien deficiente. Según un índice de realizado por Education First, México está reprobado con un nivel bajo en el lugar 39. Pero eso, no exime a nadie de conocer, escribir y hablar bien ese idioma.

“Tómense muy en serio tomar clases de inglés durante la carrera porque esto también les va a abrir las puertas para entrar a empresas de mejor nivel y a trabajos mejor remunerados”, explica la especialista de Lucas5.

En serio

No es una obviedad. Pedir trabajo tómatelo en serio. Entre las competencias básicas de las que carecen los jóvenes que van a pedir trabajo hoy en día, en cuarto lugar está la puntualidad, en quinto el sentido de responsabilidad y en sexto la iniciativa o proactividad.

En este mismo sentido van las recomendaciones de la especialista de Lucas5. No se vale llegar de tenis y de mezclilla (increíble, pero pasa), hay que llegar temprano y demostrar en todo momento responsabilidad y respeto al hablar y comportarse —por supuesto, el decir malas palabras está excluido, ni tratar a tu entrevistado como si fuera tu amigo— y, sobre todo, hay que demostrar que existe un potencial de desarrollo dentro de ti.

“La actitud es importante, necesitas transmitir que eres una persona con una actitud positiva, que está dispuesto a aprender, a desarrollarte y capacitarte, que encajas en la cultura organizacional de la empresa”, afirma Ortega.

Tu CV

Te preguntarás qué es lo que vas a poner en tu curriculum si es que éste es tu primer trabajo. Si estuviste de becario en algún lado, por supuesto que conviene que lo pongas, así como todas las actividades que desarrollabas en ese puesto.

Cuenta de una manera clara y sencilla quién eres, los reconocimientos que has obtenido y las habilidades que tienes. “Es necesario escribir todos los reconocimientos, fui el presidente de mi generación, obtuve mención honorífica en cierta área, tengo buenas habilidades de negociación, soy una persona culta, etcétera”, asegura Ortega.

¿Qué quieres?

Una de las carencias actuales es la falta de proactividad y de iniciativa. Necesitas saber qué quieres y hacia dónde vas, demostrar que eres una persona con metas. “Una persona que no sabe lo que quiere ni sabe hacia dónde va no va a hacia ningún lado”, explica Mayra, así que sería imperdonable que llegues a tu entrevista diciendo que no sabes en qué área te gustaría desarrollarte ni cómo te visualizas en el futuro.

Por supuesto, cuando vayas a tu primer entrevista necesitas saber quién es y a que se dedica la empresa a la que intentarás entrar.

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