Será hasta el 8 de septiembre cuando el gobierno presente el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) para el ejercicio fiscal 2016, y donde se despejará la gran pregunta sobre si la nueva estructura programática será suficiente para contener la insuficiencia de los ingresos.
Así lo manifestó en entrevista con EL UNIVERSAL Javier González, coordinador del proyecto Por un Presupuesto Sustentable e integrante de la organización Gestión Social y Cooperación (Gesoc).
Durante el foro Sistema Nacional de Presupuesto, el experto dijo que apenas se dio el primer paso hacia la reingeniería del gasto.
“Estamos a la mitad, la estructura programática no considera los gastos, apenas son el número de programas en donde se van aplicar los recursos, y a partir del 8 de septiembre cuando se entregue la propuesta al Congreso, se va a ver cuál es la distribución de los recursos y vamos a ver la pregunta más relevante si con el recorte, con el ahorro a partir de la aplicación de base cero va a ser suficiente o no para contener el hueco petrolero que se generó”, matizó.
El especialista que coordina el proyecto que un grupo de nueve organizaciones civiles le entregó a la Secretaría de Hacienda para ser considerarse en la estructura programática, dijo que el problema de fondo no se resuelve sólo eliminando programas.
“Hubo eco (a sus propuestas) pero muy micro en relación a la composición de los programas, pero no con relación al presupuesto base cero ni el presupuesto basado en resultados, al recorte presupuestal que se tiene que hacer”, mencionó.
Dijo que por esa razón seguirán acompañando a Hacienda para “insistir en nuestras recomendaciones” ya no sólo en estructura programática sino en el proyecto de presupuesto.
Afirmó que si bien notaron apertura de autoridades y consideraciones en recomendaciones que hicieron sobre ciertos programas que se tenían que fusionar o resectorizar, el problema es que la estructura programática tiene una arquitectura inadecuada.
“Hay programas que no son programas e incluso la consideración de la deuda como gasto no programables, hay contradicciones y esta estructura se fue integrando en el tiempo con rubros de gasto que no necesariamente son programas, y hoy tenemos un abultamiento de más de 800 programas con una dispersión importante que no están alineados a una concepción de política social que atienda las carencias, pobreza o ampliar las oportunidades”, matizó.
En el panel sobre gasto público, Carlos Tello, quien fuera el primer secretario de Programación y Presupuesto y actualmente profesor de la UNAM, recriminó que se han hecho las cosas al revés a como lo plantea Adam Smith: “Aquí primero definimos cuántos recursos tenemos y luego qué hacer y por eso pasa lo que vimos, un recorte draconiano”.
Para construir el nuevo presupuesto desde cero, consideró que se necesita una amplia participación ciudadana y no desde una oficina, ser transparentes y con democracia. Es decir para tener resultados primero es la distribución y luego crecer como lo consigna también la Cepal.
Mariana Campos de México Evalúa afirmó que falta fortalecer el sistema de evaluación del desempeño.
El profesor del CIDE, Fausto Hernández aseveró que para medir si se hacen bien las cosas en ingresos se debe medir la recaudación por habitante. “Si queremos ver si nos está sirviendo lo que estamos haciendo para aminorar el golpe petrolero, hay que ver la recaudación per cápita”.