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Durante los últimos días y los siguientes, las cámaras de diputados y senadores discuten, aprueban y modifican las iniciativas presentadas por el Ejecutivo que contienen la Reforma Hacendaria y el Paquete Económico para 2014. Lo que ha sido conocido hasta el momento, contempla tres tipos de tratamientos: la aprobación con o sin modificaciones a las iniciativas, el rechazo completo y la creación de nuevos impuestos.
Entre las principales modificaciones y lo aprobado por los diputados se encuentran temas relacionados con el IVA, ISR y el IEPS. Por ejemplo en caso del IVA, se decidió no gravar la enajenación de casa-habitación, los intereses derivados de créditos hipotecarios o con garantía fiduciaria para la adquisición, ampliación, construcción o reparación de casa-habitación, las comisiones que se cobran en su otorgamiento, así como el arrendamiento de vivienda. De igual forma, no tendrán impuesto los servicios educativos, ni los espectáculos públicos. Cabe señalar que estas modificaciones implican que no ingresarían unos 43 mil millones de pesos por estos tributos, lo que implica la necesidad de recortar el gasto. Por otro lado, lo que si se aprobó, sin modificaciones, fue gravar los alimentos de mascotas y la venta de perros, gatos y pequeñas especies considerada por la propuesta original, así como elevar el IVA en la frontera a 16 %.
En lo referente al ISR, la Cámara de Diputados analiza un esquema progresivo con una tasa máxima de 35%; los cambios establecen que las personas físicas con ingresos anuales mayores a 500 mil pesos tributen una tasa de 31%; los que superen los 750 mil pesos con 32%; mientras por encima de 1 millón de pesos pagarán un impuesto de 34% y con ingresos mayores a los 3 mdp anuales se les aplicaría un ISR de 35%, la tasa máxima. También, se restringe aun más el límite de deducciones personales, ello con el argumento de que sólo las clases altas recurren a este beneficio.
Otro tema que atañe a las personas físicas, es el impuesto a las operaciones bursátiles también aprobado por los diputados que impone un gravamen de 10% a las ganancias de capital, ya que podría impactar directamente en el patrimonio de los inversionistas, al reducir sus beneficios y restar su interés por adquirir acciones en el mercado mexicano. En el caso de los trabajadores, al acotarse la deducibilidad que tenían las empresas sobre las remuneraciones a los trabajadores, el efecto es equivalente a un aumento en al valor de la nómina, lo que podría desincentivar la contratación.
En lo referente a IEPS, los diputados estudian la posibilidad de establecer una tasa de entre 5% y hasta 10% a la enajenación e importación de determinados productos cuya “ingesta se encuentre asociada al sobrepeso y obesidad”, a efecto de desalentar su consumo. En esta línea se gravaría a la llamada “comida chatarra”, una medida no contemplada originalmente, en función de la densidad calórica de los alimentos. Un tema es, como se propone, imponer un peso de gravamen por litro a las bebidas saborizadas, así como a los concentrados, polvos, jarabes, esencias o extractos de sabores, que contengan cualquier tipo de azúcares añadidas. Asimismo se impondrá el IEPS a los combustibles fósiles, cuya cuota dependerá del grado de emisión de contaminantes, con exención del petróleo crudo y el gas natural, como se contempla en la iniciativa. En lo que toca al IEPS sobre bebidas alcohólicas para dejarlo en 53% de manera definitiva, el consenso del legislativo es que se apoye la propuesta del Ejecutivo.
Un punto relevante a no olvidar, es la iniciativa de modificación del régimen fiscal de Pemex, ligado a la búsqueda de ingresos para el presupuesto sobre todo si se requiere “tapar los huecos” que dejen los diputados al modificar las iniciativas fiscales, pero también a la reforma energética, que tiene una importancia en el desarrollo económico nacional, y cuya aprobación no debe dilatarse.
Lo anterior son sólo unos de los más destacados modificaciones e iniciativas aprobadas. En este contexto, no es de extrañar que se empiecen a intensificar las críticas, por parte de los posibles afectados como son los fabricantes de productos que se gravarán.
Imponer un nuevo gravamen implica un análisis profundo y amplio, así como los impactos de la elasticidad precio y cruzada. Consideramos que se deben primero estudiar los efectos para poder tener elementos de peso para argumentar a favor, pero sobre todo en contra de la miscelánea aprobada.
No podemos dejarnos llevar por el calor del momento, los impuestos son necesarios para que el Estado pueda ejercer sus funciones. Claro, estos deben ser equitativos, fomentar una buena distribución del ingreso e incentivar la inversión y la productividad. Se requiere pues información profesional analítica y seria, no “adrenalina política” que sólo desvirtúa realidades y buenos propósitos y argumentos. “Calma y nos amanecemos”, esperemos a que se terminen las discusiones en el Congreso y las modificaciones queden completas. Así podremos diseñar las estrategias conducentes.
Quedaren como quedaren las reformas fiscales y el Paquete Económico, se mantiene vigente la necesidad de una Reforma Hacendaria de gran calado que modernice el país y esto pudiera darse en el 2016 con el nuevo Congreso. Lo que ya es una realidad, es que se deberán hacer ajustes a partir de 2014.
* Presidente de Consultores Internacionales, S.C.