Empresas queretanas dejan de enviar productos a zonas conflictivas del país para evitar el robo de sus mercancías, afirmó el presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) en Querétaro, Jesús Calderón Calderón, y señaló que la delincuencia en las carreteras aumentó alrededor de 12 al millar, este año.
Dijo que los destinos más conflictivos son hacía Tamaulipas, Michoacán, Guerrera, Oaxaca y Chihuahua, aunque destacó que este último ha presentado una baja en incidencias de hechos delictivos.
“Somos muchas empresas que no mandamos nuestros transportes para allá, ya en regiones de Michoacán ya no encuentras ciertos alimentos empacados porque le roban sus mercancías en carretera y queman unidades”, declaró.
El líder industrial aseguró que en su empresa del sector plástico ha tenido una reducción de hasta 25% en la venta de calzado, debido a que dejó de enviar sus productos hacia la zona de Guerrero, donde atestiguó, era uno de los mercados más fuertes a nivel nacional.
Los sectores más afectados por la delincuencia son los de bienes de consumo como electrodomésticos, línea blanca y cobre, pues son fáciles de comercializar sin tenerlos mucho tiempo en bodega, por lo que prácticamente del robo se va al mercado.
Explicó que algunos de los clientes de las entidades más conflictivas del país vienen a Querétaro a recoger las mercancías, pues los productores no corren el riesgo de entregarlos en aquellas zonas, por lo que ahora quién asume el riesgo del traslado es el mismo cliente, aunque también se ha presentado el caso de que los productos ya no se encuentran en el mercado de aquellas entidades, pues nadie quiere encargarse de la logística.
La problemática de la inseguridad viene de décadas atrás, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), presentó en días pasados su Encuesta Nacional de Victimización de empresas donde destaca que:
“La necesidad de generar encuestas de victimización de empresas comenzó a plantearse desde finales de la década de los años ochenta, pero éstas tuvieron su auge hasta los noventa. En este momento se consideró la importancia de producir instrumentos de medición del fenómeno de la victimización en empresas, independientes de actividades policiacas”.