Los tiempos en que el crédito era barato y estaba en mínimos históricos quedaron atrás, al menos por ahora. Seguramente las tasas no harán más que subir, así que si quieres comprometerte con un crédito, necesitas contemplar distintas variables. Primero, que si lo haces, es porque lo necesitas ahora y que el pago de intereses realmente vale —o sea, que lo que estás adquiriendo tiene un valor superior a lo que puedas pagar de intereses— la contratación de este instrumento. Lo que sí es que tienes que tener toda la información posible para tomar las mejores decisiones.
Ya desde los meses finales de 2016 los analistas hablaban de un entorno económico difícil, tanto externo como interno, y no se equivocaron. Estamos en febrero y el Banco de México en su primer anuncio de la decisión de política monetaria —el 9 de febrero pasado— dio a conocer otra alza de 50 puntos base a la tasa de interés de referencia, para pasar de 5.75% a 6.25%, su mayor nivel desde abril de 2009.
El año pasado ya la había elevado en cinco ocasiones, en reacción a distintas variables, entre éstas, el fortalecimiento de la economía de Estados Unidos. En esta ocasión lo hizo, entre otras cosas, porque espera que el “proceso de normalización” de la postura monetaria de Estados Unidos se lleve a cabo a un ritmo más acelerado, o sea, que ese país suba sus tasas pronto, por lo que México apostó por subirla antes. Asimismo, también el banco central reaccionó a las condiciones económicas nacionales y busca evitar que la inflación suba tras el fuerte aumento a los precios de los combustibles.
Con esto, se encarece el crédito porque éste se vuelve más caro. ¿Por qué? Porque la tasa de referencia es la tasa de interés a la que presta Banxico a los demás bancos y es equivalente a la tasa de fondeo bancario a plazo de un día.
Lo que sucede es que al aumentar esta tasa, los bancos —que le piden prestado dinero a su vez al banco central— van a tener que subir las tasas para trasladarle al usuario el costo de este interés más caro.
“Si hay menos dinero disponible, se estima que habrá menos demanda y entonces bajarán los precios, y con ello la inflación, que es el objetivo”, explica Gerardo Obregón, director de Prestadero, una empresa que se dedica a ofrecer préstamos personales en línea. Para ejemplificarlo al contrario, cuando la tasa de referencia está baja, hace que los créditos sean más baratos, la gente se anime a comprometerse con uno y así la economía empieza a tener un mayor movimiento. Hay más dinero circulando y el precio de las cosas suele subir, o sea, favorece a la inflación. Banxico —es de hecho, una de sus razones de ser— en esta ocasión busca lo contrario: Controlar la inflación.
Estos movimientos funcionan en dos sentidos. Si bien aumentan el precio de los créditos —al subir las tasas—, a aquellos que tienen instrumentos de inversión, por ejemplo Cetes, este aumento les dará mayores rendimientos. Precisamente, el que suba la tasa de interés también se hace con el objetivo de que México continúe siendo atractivo para los inversionistas y que los capitales permanezcan en el país. Sólo no hay que perder de vista que al crecer la inflación también los rendimientos se ven reducidos.
¿Contratar o no?
La recomendación es que si de verdad deseas adquirir algún bien o realmente lo necesitas, y para ello utilizarás un crédito bancario, lo hagas a tasa fija y lo antes posible porque es muy probable que las tasas continúen subiendo.
“Definitivamente será más barato tomar un crédito ahora que después. Hoy los créditos están más caros que el año pasado, sí; pero todavía están más baratos de lo que estarán en 2018”, explica en un texto al respecto Freddy Domínguez, director de ComparaGuru.com, un comparativo de productos financieros. La recomendación principal es, si de todos modos tienes que tomar un crédito por alguna razón, es mejor hoy que mañana, asegura el especialista.
En el caso de las tasas hipotecarias, se espera que el aumento sea “paulatino y marginal”, según especialistas consultados por el sitio Propiedades.com. Incluso Leonardo González Tejeda, analista de Real Estate de Propiedades.com a través de un comunicado, asegura que “la industria es tan dinámica que permite absorber el aumento de las tasas de referencia”. Sin embargo, hacerse de una vivienda en este año, será “un poco más caro, aunque no lo suficiente para dejar de lado este propósito de 2017”, según pronostica Eric O'Farrill Lozano, socio director de Coldwell Banker Urbana.
La realidad es que las tasas hipotecarias han venido subiendo desde que el banco central empezó a incrementar la tasa como respuesta a la política monetaria de Estados Unidos. De diciembre de 2015 al mismo mes de 2016, la tasa promedio pasó de 10.15% a 10.65%.
Ningún crédito se salva. Ni los de tarjeta de crédito, personales, hipotecarios o automotrices. Estos últimos están, además de sujetos a la tasa a la que presta hoy Banxico a las instituciones bancarias —la cual al ser más alta va a verse reflejado en el consumidor final— al tipo de cambio, debido a que una gran cantidad de componentes se importa en dólares.
Ya debes más
En el caso de que tengas un crédito a tasa variable, hoy debes más que antes. Precisamente los créditos de tasa variable están sujetos a la evolución de la Tasa de Interés Interbancaria de Equilibrio (TIIE) a cierto plazo. La cual a su vez se referencia con la tasa objetivo de Banxico. Así que si sube esta tasa, sube la TIIE. Tan sólo de noviembre de 2016 a enero de este año, la tasa promedio pasó de 5.3363% a 6.1280%.
Esta tasa es una referencia para varios instrumentos y productos financieros, tales como tarjetas de crédito y créditos hipotecarios (que fueron contratados a tasa variable).
Por ejemplo, el Costo Anual Total (CAT) de las tarjetas de crédito está calculado a través de la suma de ciertos puntos a la TIIE, por lo que el precio del crédito sube con este movimiento. ¿A quién va a pegarle más? A todos aquellos que tengan una tarjeta de crédito y no acostumbren ser totaleros sino que paguen el mínimo. Lo que va a suceder es que el precio del crédito se va a elevar aún más.
Aquí el planteamiento va más allá: Si tienes el dinero para liquidar tu tarjeta de crédito, hazlo de una vez si quieres evitar pagar cada vez más intereses. Si está endeudado, es un buen momento de repensar el uso de tu plástico, porque éste sólo es un medio de pago no una extensión de tu sueldo.
“Si tienes un crédito a tasa variable, de manera automática se va a ver reflejado este aumento”, explica Gerardo. Así que es importante decir que hoy más que nunca, no conviene contratar ningún crédito a tasa variable. Ninguno.
Si ya tienes uno, la recomendación es reestructurar la deuda a través de un instrumento de tasa fija, ya sea con tu mismo banco o con otra institución bancaria. “Ahora la mala suerte es que incluso la tasa fija que te toque, será más cara también”, asegura el especialista. Pero lo mejor es hacerlo lo antes posible, antes de que continúe subiendo.
Así que si el contratar un crédito siempre es una decisión financiera que debe pensarse, hoy es necesario evaluar si lo que queremos pagar vale el adquirir un compromiso de este tipo, sobre todo ahora que será más caro.