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México se tiene que acostumbrar a la nueva realidad de bajos precios del petróleo y dejar de ser un país exportador de crudo y convertirse en uno “motorizado”, lo que también requiere replantear otras formas de ingreso para el gobierno federal como aumento de impuestos y del déficit, o reducción del gasto, aseguró la economista en jefe de la American Chamber México (AmCham), Deborah Riner.
“Lo que vemos es el regreso de los precios del petróleo a niveles normales; los vistos en años anteriores 2011, 2012 y 2013 —de 100 dólares— realmente era lo anormal, muy por arriba de los precios históricos”, aseveró.
Por ello dijo que hay necesidad de ajustarse a la nueva realidad, con precios del barril de alrededor de 50 dólares, y por lo tanto habría que pensar en que la reducción de recursos presupuestales se “tiene que financiar a través de otros ingresos, ya sea impositivos, mayor déficit o una combinación de los dos, recortes o racionalización de gastos”, explicó en conferencia de prensa.
Aunque dijo que el ambiente externo “no es tan favorable”, consideró que como resultado de las reformas estructurales México podrá recibir un incremento en el promedio de la Inversión Extranjera Directa (IED) de manera que se llegue a un rango de 25 mil a 35 mil millones de dólares al año, aunque los beneficios de las reformas se verán hasta la segunda mitad del sexenio actual.
“En los años 80 eramos un país petrolero y ahora estamos en camino a ser un país motorizado, porque hay inversiones en muchos sectores de importación y se espera un crecimiento importante de IED con posibilidades de que haya inversiones nuevas en sectores que antes eran cerrados, como el energético”, dijo.