La ocupación en el sector informal del país avanza sostenidamente, exacerbada por la crisis global de 2008- 2009.
Este sector de actividades de baja productividad y escasos salarios, da sin embargo, una respuesta de subsistencia a un amplio número de personas afectadas por un crecimiento económico limitado y un desempleo alto.
Datos del Inegi indican que los empleos informales pagan menores ingresos promedio que los formales, con 24.8 pesos por hora; 13.6 pesos por hora menos que éstos últimos, que pagan 38.4 pesos promedio.
El lento ritmo de la actividad económica en los años recientes, de casi 2% en promedio en los últimos seis años, juega un papel determinante en la decisión de seis de cada 10 personas del país, que tras perder su empleo o buscar uno por primera vez, hallan en la informalidad una salida.
De acuerdo con el Inegi, el empleo informal del país asciende a 29 millones 300 mil personas.
Esta cifra corresponde a la nueva metodología del instituto que considera no sólo a los 14.22 millones de trabajadores que laboran en micro negocios no registrados o en unidades económicas del sector informal como vendedores ambulantes, sino también toma en cuenta a 2.1 millones de ocupados informales que laboran en hogares como servicio doméstico remunerado, a 6.2 millones del ámbito agropecuario campesino o empresarial y a 6.8 millones de ocupados en negocios familiares e, incluso, gobiernos e instituciones.
La informalidad es una situación que va en ascenso.
En los últimos siete años, la tasa de informalidad laboral pasó de 59.3% de ocupados durante el primer trimestre de 2005, a 60.1% registrado en el tercer trimestre de 2012.