Las inversiones extranjeras son fundamentales para complementar los recursos de capital y fomentar, en lo general, las actividades productivas de todos los sectores de la economía. En lo general, su canalización hacia las actividades productivas y financieras detona una serie de efectos favorables en todos los ámbitos de la economía nacional. En este ámbito México es una de las principales naciones receptoras de dichos recursos a nivel de economías emergentes. En 2013 se captó un nivel histórico de 38 mil millones de dólares (en años anteriores el promedio ha estado entre los 17 y 20 mil millones). Dicho monto mantiene a México como el segundo territorio más atractivo en la región de Latinoamérica, después de Brasil; y de acuerdo con la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD, por sus siglas en inglés), en una posición muy valorada, la número 12 a nivel global.

Los recursos que han fluido en 2013 hacia naciones en vías de desarrollo se han cuantificado en 759 mil millones de dólares. México participó con cerca de 19% de ese gran total. Esto es indicativo de que independientemente de las circunstancias por las que actualmente atraviesa México, las inversiones extranjeras siguen y seguirán llegando con gran vigor, aunque con grandes diferenciales según la visualización de oportunidades, la situación que guardan las distintas regiones del país y las necesidades de los sectores productivos.

En este sentido y analizando las tendencias que exponen la situación a nivel nacional —de acuerdo con datos de la Secretaría de Economía— hay que indicar cómo ha fluido dicho monto de recursos entre las entidades de la República. Los datos de la SE señalan que entre los estados que registraron mayor captación de dichos recursos —en 2013— sobresalen el Distrito Federal, además del Estado de México, Chihuahua, Coahuila y Puebla, por mencionar a los principales. La SE establece también que al desagregar los componentes de dichos recursos, los montos de capital recibidos se ubican en reinversiones (más de 14 mil millones de dólares), mientras que los movimientos de recursos a nivel de reinversiones y cuentas entre compañías forman el resto.

Por otro lado, en el contexto de los sectores que registraron las mayores cantidades de recursos destacan la minería y algunos cultivos. En el sector secundario sobresalen la industria manufacturera, de bebidas y tabaco, la fabricación de equipos de computación, así como la elaboración de equipos para el transporte. En el sector de servicios, los rubros con mayor impacto fueron el de comercialización de maquinaria y equipos para las actividades agrícolas, servicios farmacéuticos, tiendas departamentales y de abarrotes, por mencionar a los más representativos.

Ahora bien, por lo que concierne al país de donde provienen las inversiones, entre los principales socios inversionistas destacan nueve naciones clave: EUA, Bélgica, Alemania, Japón, Países Bajos, Gran Bretaña, España, Francia y Canadá.

Este panorama de las tendencias de 2013 abre las expectativas a un espacio de reflexión. Las tendencias mundiales apuntan a establecer pronósticos cada vez mayores en las posibilidades de recepción de inversiones extranjeras. Para 2014, siguiendo los patrones que señala la UNCTAD, estarán moviéndose 1.6 billones de dólares a nivel global, a lo que la promoción internacional de México contribuirá en gran medida para atraer nuevos flujos de capital.

Para fortalecer esta expectativa es necesario seguir promoviendo con mayor intensidad a nuestro país, en el contexto de las ventajas geoeconómicas y estratégicas que representa su ubicación frente al mercado más poderoso del planeta y destacar también los factores que lo hacen atractivo. Asimismo, valorando los flujos de recursos que han ingresado al territorio nacional es importante considerar que éstos deben ser canalizados hacia entidades en donde pueda seguirse impulsando el crecimiento y desarrollo de los sectores productivos en su conjunto.

Considerando la actual estrategia del gobierno federal, para 2014 las expectativas apuntan a un concepto de promover la “Marca México”, como uno de los principales soportes de atracción de recursos. De lograrse, la estrategia imprimirá un gran sello al país. Está por verse.

*Académico de la Universidad del Valle de México Campus Querétaro.

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