La industria del plástico en Querétaro se encuentra fuerte ante la mayor competencia internacional y el surgimiento de nuevas tecnologías, afirmó Venancio Pérez Gómez, presidente del clúster de plásticos de la entidad.
Las renegociaciones del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN) y la próxima adopción del Tratado Transpacífico (TPP) aumentarán la competencia de las empresas en el estado. Por otro lado, la tecnología de impresión 3D no entraña riesgo al modelo de negocios de la industria del plástico convencional, explicó.
Recordó que en 2017 la mayoría de los asociados del clúster tuvieron un crecimiento de ventas, alcanzando el doble dígito en promedio. Esto significa un avance respecto al periodo 2015-2016 donde la producción de plásticos y hules a nivel estatal tuvo reducciones de 2% pasando de 13 mil 265 millones pesos a 12 mil 984 millones de pesos. Previó que en 2018 sus asociados mantengan un crecimiento de arriba de dos dígitos.
A nivel de competencia internacional, las exportaciones de esta industria se mantuvieron fuertes en 2017, dijo. De acuerdo a los últimos datos del Inegi, las exportaciones de la industria del plástico y hule aumentó 2.1% en 2016, luego de haber pasado por reducciones en años anteriores. En este año se llegó a los 260 mil 619 millones de dólares en exportaciones [4 mil 940 millones de pesos] que representan 38% de la producción estatal.
Aceptó que la competencia internacional con Asia y Norte América en el futuro será muy reñida y que los compradores de plásticos buscarán la mejor oferta de precio. Explicó que a diferencia de otras industrias donde la mano de obra de menor precio juega un papel muy importante, en la industria del plástico lo determinante es la alta especialización de los operadores y la automatización.
“Si no se es lo suficientemente eficiente para desarrollar las técnicas de inyección adecuada una pieza te sale en 10 segundos, cuando en otra parte del mundo la hacen en 5 segundos en la misma máquina”, señaló
Aunado a esto, la materia prima se usa en la misma cantidad para cierta pieza y la mano de obra sólo participa en los ensambles, haciendo que el valor agregado se base principalmente en el buen uso de la tecnología, explicó.
Aseguró que el área de oportunidad para ser más competitivos internacionalmente es sacarle más provecho a las máquinas existentes. “Se debe de diseñar conjuntamente con los fabricantes de moldes un modelo adecuado que sea eficiente, para ser innovador en la inyección de plásticos”.
Existe mayor oportunidad con los pequeños compradores de plásticos, pues las grandes empresas traen ellas el molde y sólo piden que se les inyecte las piezas, dijo.
De momento hay poca gente que sea experta en el plástico en Querétaro, aceptó. Dijo que a través del clúster de plásticos, junto con el gobierno y la academia, se pueden lograr muchas mejoras de productividad con distintos moldes y técnicas de inyección.
El surgimiento de la tecnología de inyección 3D no es competencia para las piezas que se producen por volumen, aseguró. La inyección 3D es para casos muy especiales donde no se necesita un molde.
“El hacer un molde para producir menos de 10 mil piezas no es costeable. El molde más pequeño cuesta por los menos 100 mil pesos”.
Puso como ejemplo producir una tapa de plástico de refresco: Una tapa de plástico se vende a 10 centavos, por lo que se necesitan vender un millón para pagar un molde de 100 mil pesos, dijo. Por otro lado, hacer una tapa de botella en una impresora 3D lleva de 30 a 50 minutos por lo que representa un mayor costo.
La impresión 3D compite en otro mercado al de los grandes inyectores de plástico. Su uso sobresale en prótesis o prototipos donde no se produce a gran escala, dijo.