Aquellos días cuando ICA no se daba abasto e incluso subcontrataba a otras empresas para concluir sus obras, han quedado en el pasado.
Las oficinas corporativas ubicadas en Manuel Ávila Camacho lucen oscuras y abandonadas, de ocupar nueve pisos en la Torre Esmeralda II, ahora sólo quedan unos cuantos empleados repartidos en dos pisos.
A algunos los reubicaron en otras oficinas de la compañía, pero a la mayoría los dieron de baja.
El año pasado ICA despidió a 9 mil 188 personas de varias áreas, una reducción de 22% respecto a 2014, según su reporte anual 2015.
“Hace tres meses se empezaron a ir. Antes en el elevador casi todos los pisos eran de ICA, ahora quedan pocos empleados”, comentó una trabajadora de la Torre Esmeralda.
Un ingeniero que fue despedido el año pasado comentó que él alcanzó su liquidación completa, pero a los trabajadores que la empresa despidió entre enero y febrero de este año, la liquidación se les difirió a 12 meses.
“Recursos humanos les dice a los empleados que acepten esa forma de liquidación o demanden, pero les advierten que en caso de que la empresa se vaya a la quiebra tendrían muy pocas probabilidades de que les paguen su liquidación completa”, dijo el ex trabajador a EL UNIVERSAL.
En la división de Construcción, cuyas oficinas se ubican en la colonia Nápoles, trabajadores aseguran que cada 15 días hay algún despido.
“Es parte de la situación por la que atraviesa”, dijo un empleado de ICA.
El ambiente afuera de las oficinas de la división de Construcción parece normal, entran y salen personas, algunos proveedores, mensajeros, trabajadores de limpieza, oficinistas y a pesar de que todos aseguran que les pagan su sueldo de manera regular, hay resistencia a hacer comentarios sobre la situación de la empresa.
“No podemos dar ningún comentario. Nos han pedido que no comentemos nada”, dijo una empleada.
El año pasado, el segmento de Construcción tuvo una disminución en sus ingresos de 20%, con respecto a 2014, debido a retrasos en la ejecución de trabajos de proyectos como la autopista Barranca Larga–Ventanilla, la cual se declaró en inviabilidad financiera por parte de ICA.
Así como retrasos en la construcción de la autopista Mitla–Tehuantepec y la cancelación de la construcción de la Fase 1 de la nueva terminal de contenedores en el puerto de Lázaro Cárdenas, Michoacán.
“Desde que pasó lo de la Línea 12 del Metro, ICA no volvió a ganar contratos más que dos, creo, el año pasado”, dijo otro empleado.
ICA participa en cuatro segmentos: construcción civil e industrial, concesiones, aeropuertos y operaciones corporativas. El año pasado, la división de Construcción representó 62.5% de sus ingresos.
En la división de ICA Flúor, una de las que más ingresos representan para la firma por sus contratos con Pemex para la reconversión de refinerías, la falta de liquidez es evidente.
Un proveedor de válvulas y conectores aseguró que no les han pagado desde octubre del año pasado.
“Estamos aguantando porque es un cliente muy grande y siempre nos han dado buenos contratos. Después de Pemex es nuestro cliente más grande, pero no tiene dinero. La semana pasada despidieron a 150 personas”, dijo el proveedor. Estima además que han cancelado 400 plazas en ICA Flúor en menos de un año.
Ayer, las acciones de ICA cayeron 4.21%, al cotizarse en 2.05 pesos, su nivel más bajo desde que llegó a la Bolsa Mexicana de Valores, y en cinco días acumula 30.3%.
ICA podría declararse en concurso mercantil en las próximas semanas ante la falta de liquidez para enfrentar una deuda de casi 70 mil millones de pesos.