Estudiantes de la carrera de ingeniería mecatrónica del Instituto Tecnológico de Querétaro (ITQ), diseñaron el concepto Bloques Verdes Inteligentes (Blovi), que se refiere a la elaboración de bloques modulares, usados para el cultivo de plantas en pequeños espacios, comentó Diana Hernández Trejo, una de las integrantes del proyecto.
La inversión inicial para arrancar esta iniciativa es de 123 mil 400 pesos. Con estos recursos se cubre el montaje de la planta de máquina y el molde de termoformado que se requieren, comentó la estudiante.
Dijo que necesitan vender 400 bloques por mes, para poder recuperar el capital inicial en los primeros cuatro meses de producción. Y para el tercer año, pronostican que el valor de la empresa será de un millón 700 mil pesos.
Una de las ventajas que tiene este proyecto es la capacidad de riego automático, ya que Blovi tiene un algoritmo que regula la cantidad de agua para las plantas.
Diana Hernández mencionó que los bloques se programan con el tipo de planta y la zona geográfica en que se encuentran, y el sistema libera el líquido de manera racionada para evitar que los vegetales mueran.
La diferencia entre esta nueva tecnología, y la ya existente en algunos jardines verticales, agregó, es el uso de un sustrato a base de lana de roca, un material fabricado a partir de las rocas volcánicas y que es usado como aislante de temperatura.
Este tipo de lana permite que los bloques tengan menor peso, pues es más ligera que la tierra; al mismo tiempo, al no tener el mismo componente se reduce la cantidad de insectos que habitan en el suelo común, indicó.
Esta tecnología se utiliza actualmente en la producción de vegetales hidropónicos, en cuyo procedimiento se logran cultivar los vegetales hasta 60% más rápido que con el método tradicional.
Hernández Trejo dijo que su sistema está diseñado tanto para plantas comestibles como de ornato.
Otra utilidad que tiene esta tecnología, es que se adapta a cualquier espacio, debido a que cada bloque mide 30 por 30 centímetros, con 10 centímetros de fondo; por ello, las personas pueden colocarlos de acuerdo al tamaño del lugar o las necesidades de vegetación que tengan, enfatizó la alumna.
Entre los beneficios ambientales que ofrece, está la reducción de polvo que genera el uso de tierra común y la disminución de ruido, ya que la lana de roca, además de ser aislante de temperatura también lo es de sonidos; así como la producción de oxígeno en lugares cerrados, puntualizó la estudiante.
Cuidados y costos
Al usar lana de roca no es necesario que el material sea removido, basta con que se llene el depósito una vez al mes, aunque si se trata de plantas que absorben más agua es vital reducir a periodicidad a las tres semanas, refirió Diana Hernández.