Bajo el modelo económico del bien común, que plantea la aplicación de valores humanos en los centros de trabajo y el bienestar social general, las compañías pueden alcanzar hasta un aumento de 25% en su producción, aseguró el especialista Christian Felber.
El autor de dicha filosofía económica, dijo que la tendencia de los países desarrollados es modificar sus formas de producción hacia esquemas de trabajo sustentados en valores de solidaridad, dignidad y apoyo a los trabajadores.
Indicó que alrededor de 20 empresas queretanas han iniciado esa forma de operación, y se espera que para inicios de 2014, al menos otras 12 se integren a estos criterios.
De acuerdo con el especialista, en todo el mundo existen al menos mil 500 empresas que trabajan bajo este nuevo sistema, mientras que en México sólo Veracruz y Querétaro lo emplean. No obstante, se espera que los resultados se vean reflejados en los próximos 10 años.
Felber comentó que actualmente el éxito de las compañías no se mide según el fin de la economía per se (de obtener riqueza), sino por los medios con que se logra ésta, sobre todo sin afectar los valores humanos en los trabajadores.
Reconoció, sin embargo, que aún se observa que empresas que violan los derechos de sus trabajadores logran obtener importantes ganancias financieras, tal es el caso de las maquiladoras.
Advirtió que en muchos casos las compañías no tienen el interés de informarse sobre los conflictos que padecen los empleados.
Christian Felber mencionó que la economía del bien común se mide a partir de la dignidad, justicia, solidaridad y democracia con que son tratados los empleados. Dicho sistema busca que todos estos valores se repliquen, además, fuera de los centros laborales, generando así una sociedad mucho “más humana”.
Una de las preguntas básicas que se deben hacer las empresas, en este sentido, es si el producto que ofrecen realmente cubre las necesidades de algún sector, y a partir de ahí tiene una finalidad de existir, refirió el especialista.
En cuanto a los empleados, Felber comentó que el modelo busca el mayor bienestar y tranquilidad para laborar, a través de acciones como establecer horarios donde los trabajadores puedan compaginar las actividades laborales sin dejar de lado su vida personal. Esto a la larga genera mayores beneficios sociales.
Otro de los factores que se miden, es la ecología en la producción de bienes y servicios, pues se vigila que el daño ambiental en el entorno sea en menor posible, dijo.
En una segunda fase de la economía del bien común se plantea un marco legal que vincule esta filosofía con la parte de actividades, para lo cual es necesario que la población se involucre más con las acciones que realizan los gobernantes.
Con esta filosofía se busca una mayor producción, así como la atracción de mano de obra capacitada, y con ello un mayor número de clientes, concluyó Felber.