Es un hecho probado que la mitad de las empresas familiares falla en la transición hacia la segunda generación y que sólo 20% de éstas llegan a sobrevivir más de 60 años.

Las empresas familiares son el sostén de la economía, pues el porcentaje de compañías que cubren esta condición llega a superar 95% del total existente.

Con estos datos se vuelve relevante preguntarse cómo han logrado superar con éxito los obstáculos y permanecer generación tras generación las empresas dirigidas y controladas por familias.

En primer lugar, debemos aceptar que los problemas más críticos de la empresa familiar, como tal, tienen que ver con los problemas relacionados con la familia, más que con el negocio mismo. No es que no sean relevantes los temas de negocio, es que en la empresa familiar las consideraciones sobre los valores y conflictos familiares trascienden los aspectos de negocio para incidir de manera determinante en la forma en que se gobierna la empresa.

Otro supuesto que se debe entender es que los problemas clave que atraviesan las empresas familiares son diferentes en función del tiempo y punto de evolución en que se encuentra la empresa. No son los mismos temas cuando el fundador o un único sucesor tiene el control que cuando una generación de hermanos dirige, que los que experimenta una generación de primos al mando del negocio.

El profesor John L. Ward, uno de los grandes estudiosos de esta materia, nos señala cinco insights o puntos clave para la continuidad exitosa del negocio familiar:

1. Reconocer el reto. La tarea de manejar la sucesión es muy seria y requiere un gran esfuerzo. La sucesión no es un tema de poca importancia, sino el resultado de un proceso intencionado a lo largo de mucho tiempo. Como decía un sabio: “la mejor manera de no solucionar un problema es ignorarlo”. Asumir que el proceso es natural y fácil o dejarse intimidar por él son un excelente camino para fallar.

2. Los problemas son los mismos, aunque las perspectivas son diferentes. Con frecuencia las familias piensan que su estructura, estilo o inquietudes son únicos. No es así. La sucesión, el financiamiento del crecimiento, la liquidez de la familia, la motivación de los ejecutivos clave que no pertenecen a la familia o la contratación de miembros de la familia son temas comunes y frecuentes entre las empresas familiares. Es clave aceptar que hay diferencias de perspectiva, según la posición que se ocupe en el negocio, en el capital o en la familia, y que estas perspectivas son válidas y razonables.

3. La comunicación es indispensable. Las familias que son exitosas han trabajado fuertemente en la comunicación, ya que ésta conduce a la confianza, a compartir las diferentes visiones y da lugar a la participación. No hablamos sólo del nivel formal de los números o reportes. Es un tema mucho más profundo que toca las inquietudes, vulnerabilidades, sentimientos y deseos de las personas.

4. Sin planificación no hay futuro. Se planifica la sucesión del liderazgo, así como la sucesión en la posesión del capital y el manejo de los recursos financieros. Todos estos aspectos se encuentran interconectados. No se pueden planear aisladamente.

5. Sin compromiso no hay avance. Cuando se tiene pasión por los valores familiares y por el aporte de la familia a los negocios se está en posición de perpetuar el negocio familiar, pues se cree en un espíritu que tiene sentido mantener, heredar y crecer.

En la empresa familiar hay que manejar dos tareas: lograr un negocio exitoso a la vez que una familia exitosa, sólida y sana.

*Director adjunto de Programas Internacionales Centroamérica y el Caribe y profesor de Factor Humano de IPADE Business School

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