La coalición “Driving American Jobs”, conformada por armadoras, proveedores y distribuidores de autos en Estados Unidos (EU), exhortó ayer al presidente estadounidense, Donald Trump, a no retirarse del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), porque afectaría a la industria automotriz y la economía de esa nación.
La alianza integra a fabricantes como General Motors, Ford, Fiat Chrysler, Toyota, Volkswagen y Hyundai, entre otros, además de la Asociación de Fabricantes de Motores y Equipo, y la Asociación Americana Internacional de Distribuidores de Automóviles.
En la pasada ronda de negociaciones del TLCAN, el gobierno estadounidense propuso cambios a las reglas de origen para la fabricación de autos en Norteamérica donde pidió que 50% de los componentes de un vehículo sean de EU.
La propuesta fue calificada como insostenible por las automotrices y por los gobiernos de México y Canadá, por lo que Trump amenazó con dejar el acuerdo.
En su página de internet, ‘Driving American Jobs’ destaca que el TLCAN mejoró la competitividad de EU y retirarse dañaría a la economía de ese país y costaría empleos.
“No hay que equivocarse, el TLCAN ha sido benéfico para EU, sus negocios, trabajadores, granjeros y consumidores. Ha jugado un papel importante en el resurgimiento de la economía de EU y su industria automotriz”.
En 2016, las armadoras fabricaron 12.2 millones de vehículos en EU, un millón más de los que se fabricaron un año antes de la entrada en operación del TLCAN y el sector emplea a más de 7 millones de personas.
Además, la industria automotriz lideró las exportaciones enviando 137 mil millones de dólares en vehículos y autopartes a México, Canadá y el mundo.
Industria sólida. El presidente de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), Eduardo Solís, dijo que esta coalición reitera que la postura de la industria automotriz es la misma en los tres países.
“Me parece que es importante que la Casa Blanca reciba el mensaje claro de su industria porque no es lo mismo que se lo diga el gobierno de México o el de Canadá, a que se lo diga su industria”, apuntó Solís.
AMIA comentó que la propuesta de incorporar 50% de componentes estadounidenses en los vehículos fabricados en la región es una regla de origen que ni los propios fabricantes de vehículos en EU pueden cumplir, es inalcanzable.