El freno económico originado por la aprobación de la reforma tributaria y por el alza de algunos productos y servicios administrados por el gobierno, ya han dejado sentir sus efectos. Así las cosas, se evidencia un consumo débil; una baja en la tasa de creación de empleos formales y una elevación en la morosidad crediticia.

El año pasado sin duda fue el de las grandes reformas, pero marcado por un entorno de muy bajo crecimiento. En efecto, la economía apenas creció 1.06%, el peor desempeño en cuatro años, destacándose un muy bajo avance en el sector líder de manufacturas de apenas 1.4%. Este resultado estuvo influido por el tardío ejercicio del gasto público, la atonía de la economía estadounidense y los malos resultados obtenidos en algunos sectores económicos como el de la construcción, el cual se contrajo 4.5% durante 2013 y cuyo aporte es casi de 7.5% del Producto Interno Bruto (PIB) del país.

Si bien este año luce con una mejor perspectiva, de un crecimiento ligeramente superior al 3%, las primeras cifras arrojadas en 2014, muestran un avance muy lento que se prolongará hasta la primera mitad del año.

De acuerdo con la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD), las ventas de tiendas minoristas se contrajeron en 5.92% en enero de este año, el rubro más afectado fue el de autoservicios con una caída de 7.64%.

De esta manera, de acuerdo a datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en el primer mes del año, fueron creados 21 mil 979 empleos, mientras que en igual mes del año anterior la cifra fue del más del doble (44,169 empleos). Este año la perspectiva de generación de puestos de trabajo es más optimista, de 500 mil empleos, pero aún así es la mitad de la que el país requiere.

La incertidumbre fiscal, provocó que muchas empresas no subieran sueldos y salarios, lo que redujo el poder adquisitivo de gran parte de la población. Estos factores explican por qué la cartera vencida se ha incrementado: los automotrices y de vivienda rondan el 4%, mientras que los préstamos de nómina se han disparado al 12.55%. Estas circunstancias explican también el por qué la evolución de la actividad económica ha sido muy lenta en el arranque de 2014.

Asimismo, como se preveía, el choque de oferta que obedeció a los cambios fiscales, provocó un rebote inflacionario en el primer mes del año. Así, la inflación interanual de 3.97% en diciembre de 2013, pasó a 4.48% en enero de 2014. Las cifras de la primer quincena de febrero (0.12%, tasa inferior al 0.15% esperado por el consenso de los especialistas), acusan que la inflación general retoma una tendencia decreciente y se espera se ubicará ligeramente debajo de 4% en marzo. Al final, sin embargo, se espera una inflación un poco más elevada este año (4%) que en 2013, por la reactivación económica prevista en la segunda mitad del año.

Por el momento, se considera que la autoridad monetaria no tiene más margen para mover los réditos. En efecto, se espera que el Banco de México (Banxico) mantendrá inalterada su tasa de interés de referencia y la perspectiva de un alza se daría hasta el segundo semestre del 2015 y después de movimientos, en el mismo sentido, que hiciera la Reserva Federal. Por ahora, con tasas reales negativas, es claro que se está preferenciando al inversionista sobre el ahorrador. Lo que sí es previsible en el corto plazo es que la volatilidad cambiaria continúe por el retiro gradual de los estímulos monetarios en Estados Unidos.

A pesar de que la expectativa de avance económico es más halagüeña este año, impulsada por las exportaciones ante una mayor demanda externa, es cierto también que ésta se deberá, en gran parte, por la dinamización del gasto público y aumento de la deuda.

El país requiere crecer a tasas mínimas de 5% para absorber la tasa de crecimiento de la fuerza de trabajo. Desde el 2000 a la fecha, el país sólo ha superado esta cifra en tres ocasiones y esto debido a recuperaciones de recesiones, partiendo de una base comparativa baja. Es necesario, entonces, incidir en la productividad, si el país desea aspirar a una mayor competitividad y crecimiento económico.

* Es coordinadora de la Maestría en Economía y Negocios y Directora del Instituto de Desarrollo Empresarial Anáhuac en la Universidad Anáhuac, México Norte. idea@anahuac.mx. Twitter: @IDEA_Anahuac

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