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La calificadora estadounidense Standard and Poor’s reconoció que la presentación de las reformas energética y hacendaria van en la dirección correcta, pero por el momento no son suficientes para mejorar la calificación crediticia de México.
En reunión con medios de comunicación, el director de calificaciones soberanas en América Latina de S&P, Roberto Sifon Arévalo, explicó que no hay información suficiente para cambiar la nota crediticia del país, por lo que habrá que esperar lo que apruebe el Congreso de la Unión para que entonces se tome la decisión correcta.
Actualmente, México tiene una nota crediticia de BBB con perspectiva positiva, por lo cual en caso de una mejora en la calificación lo haría ascender a BBB+.
El escalón donde se encuentra México es algo similar al de países como Perú, Aruba, Brasil, Colombia y Panamá, pero aún lejos del único país latinoamericano que está en la categoría de las A: Chile.
Para aspirar a ese nivel, el experto señaló que México requiere, además de que pasen buenas reformas como la energética y la hacendaria, que éstas detonen inversiones, impulsen el crecimiento económico a mayores tasas a las actuales y que eso a su vez eleve el PIB per cápita por encima de los 15 mil dólares.
Roberto Sifon Arévalo mencionó que por el lado de la reforma fiscal no es claro lo que se va a aprobar, mientras que por la energética, detalló que será necesario esperar como saldrán las leyes secundarias.
“Vemos movimientos en la dirección correcta, pero no son suficientes para subir la calificación de México”, explicó el representante de S&P.
Aun cuando no hay información suficiente para determinar un alza en la nota crediticia del país, el experto de S&P dijo que es más probable que suba la calificación, pues hoy las perspectivas son positivas.
En ese sentido, dijo que hay 33% de posibilidades de que eso ocurra.
Sin embargo, también advirtió que hay un riesgo grande de que haya una baja en la nota crediticia del país, pues puede que ambas reformas estructurales defrauden luego de todas las expectativas que se han generado entorno a ella.
“El potencial de decepción es alto”, advirtió y añadió que una situación así traería algunas consecuencias negativas.
Sobre el momento económico del país, el directivo de la calificadora internacional destacó que no hay riesgos que por ese lado motiven a una decisión en la evaluación de la nota del país.
Comentó que si un país está en recesión o en una desaceleración lo primero que se tiene que observar es si se trata de una cuestión estructural o temporal, por lo que en el caso de México, la calificación dijo no está atada a un mal año.
El especialista rechazó que el déficit que el gobierno federal planteó en el proyecto del Paquete Económico de 2014, que es de 1.5% como proporción del Producto Interno Bruto (PIB) tampoco es una razón para considerar una disminución en la nota, pues el perfil de deuda de México es bajo y le permite cierto “colchón”.
Gobiernos locales
Daniela Brandazza, directora de análisis de gobiernos subnacionales de la calificadora S&P, mencionó que los estados afectados por los recientes fenómenos climatológicos requerirán un mayor financiamiento para su reconstrucción.
“Existe la posibilidad de que los estados más afectados necesiten nuevos y altos créditos lo que hará que se incremente ligeramente su deuda”, dijo la analista.