Al reflexionar sobre el futuro de los autos eléctricos, es común que vengan a la mente los híbridos de los principales líderes del sector, como el Leaf de Nissan, el Prius de Toyota y el Volt de Chevrolet. Sin embargo, existe una opción que está revolucionando la oferta en el mercado de Estados Unidos.
Se trata de un automóvil de lujo, lanzado a mediados del 2012, que tiene un precio de 70,000 dólares y que alcanza 60 millas por hora en 4.2 segundos, además de que está clasificado como el más seguro de Estados Unidos (5 estrellas en cada una de las pruebas realizadas por la National Highway Traffic Safety Administration, NHTSA). Me refiero al modelo S de Tesla que se ha convertido en el éxito de la empresa al reportar, en mayo de este año, un primer trimestre con utilidades. Este sedán familiar ha sido acreedor de distintos premios como el “Motor trend car of the year”, de la revista Consumer Reports en la que le dan la más alta calificación (99 de 100 puntos).
El modelo S puede recorrer cerca de 300 millas por carga, lo que significa una gran ventaja si se compara con el Leaf de Nissan que recorre sólo 75 millas. Los propietarios del modelo S pueden recargarlo en 20 minutos para recorrer 200 millas más de manera gratuita en las estaciones de Tesla, impulsadas por energía solar, o pueden optar por la opción “battery swap” en la que un brazo robótico realiza el cambio de su batería por una totalmente cargada en 90 segundos, lo que implica un costo similar a lo que se paga por un tanque de gasolina. A finales del año, la compañía espera tener 100 estaciones de carga alrededor de Estados Unidos y Canadá.
En cuanto a seguridad, incluso siendo un sedán, obtuvo mejores resultados que todas las SUV y minivans. Por un lado, el modelo S no cuenta con motor lleno de combustible sino con un maletero conocido como “frunk” que sirve como una zona de deformación que absorbe la fuerza del impacto, mientras que el motor eléctrico se encuentra a un lado del eje trasero en donde puede causar relativamente menor daño. Tesla Motors fue fundada en 2003 por un grupo de ingenieros (que aunque no provenían de la industria automotriz, sí eran aficionados a los carros propulsados por energía solar y creadores de dispositivos inteligentes) cuyo éxito consiste en haber integrado un paquete de baterías de litio utilizadas en laptops (una solución que no es elegante, pero es muy rentable pues las baterías se han vuelto un producto común accesible en la tienda de la esquina.
Su primer lanzamiento fue en 2008 cuando presentó el Roadster, el primer auto deportivo totalmente eléctrico del cual se han vendido 2,300 unidades en 37 países. Tesla ha obtenido utilidades de 11.2 mdd y para este año espera vender más de 21,000 vehículos, un incremento de ocho veces con respecto al 2012.
Todo parece indicar que su plan de construir primero un deportivo y después un auto más accesible está funcionando. Esto se refleja en el valor de mercado de su acción que, ha logrado pasar de 35 dólares en enero a 153 dólares a mediados de agosto.
Tesla Motors es un buen ejemplo de innovación estratégica en la que la segmentación del mercado los ha llevado a ofertar un producto de alto valor y características únicas para consumidores sensibles a lo ecológico. Ante grandes inversiones en tecnología y desarrollo, así como un mercado potencial en crecimiento, las empresas automotrices deberán enfrentarse a grandes desafíos para hacer rentable su apuesta hacia los autos eléctricos e híbridos.
*El autor es profesor decano del área académica de Dirección de Operaciones del IPADE