A cuatro años de que se aprobó la reforma energética, México perdió su capacidad de transformar hidrocarburos y la fabricación de derivados del petróleo se está en su nivel más bajo desde 1993, afirmó el Centro de Estudios de la Industria de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin).
Detalló que en ese lapso no se observan inversiones que reactiven la extracción del crudo, en otras palabras, los cambios “no han llegado a la transformación industrial”.
En el análisis de noviembre, el organismo industrial afirmó que la situación que se vive en el sector energético repercutió en el desempeño de la economía, sobre todo en sectores que dependen de esa materia, como la industria metálica básica.
“El incremento en los precios de la electricidad, el gas, los combustibles, la depreciación del tipo de cambio que encareció las importaciones de los insumos intermedios que desafortunadamente no se elaboran en México por la desindustrialización.
También señaló “la competencia desleal en importaciones, los elevados costos de transporte y la inseguridad”.