La contribución del gasto público al dinamismo de la economía mexicana ha sido menor a lo esperado en los primeros meses del presente año, lo cual deriva de una lenta ejecución del presupuesto en dependencias clave, reconocieron analistas.
Ante ello, consideraron que el escenario de crecimiento de 2.7% que tiene la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) se ve alto y difícil de alcanzar.
El subdirector de Análisis Económico de Vector Casa de Bolsa, Luis Adrián Muñiz, dijo que con cinco meses registrados, el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE), tiene un promedio de crecimiento de 1.5%, por lo que para alcanzar el 2.7% que estima Hacienda tendría que expandirse a tasa mensual de 3.5% en los restantes siete meses, lo que ve complicado.
En su opinion, el bajo crecimiento observado se debe al impacto de la reforma fiscal en consumo e inversión, así como la poca contribución del gasto público al mercado interno, entre otros factores externos.
Aun cuando se aprobó para este año un presupuesto histórico, con una canalización de recursos importantes para la infraestructura, su impacto en el Producto Interno Bruto (PIB) ha sido acotado.
De acuerdo con las cifras de la SHCP, el gasto público programable creció a una tasa anual de 15.6% entre enero y mayo, mientras que los datos del Inegi sobre el IGAE muestran que apenas se expandió a una tasa promedio de 1.5% entre enero-mayo pasados.
El subsecretario de Ingresos en Hacienda, Miguel Messmacher, aseguró que la reforma hacendaria ya contribuye en el dinamismo económico a través del gasto público, el cual está orientado a obras de infraestructura.
“Esperamos que conforme avance el año esos impactos se refuercen y se vea más dinámico, pero el impacto ya se nota”, dijo recientemente en entrevista a EL UNIVERSAL.
Sin embargo, el pasado viernes, el Banco de México, a través de las minutas que publica en torno a la reunión y decisión de política monetaria, reveló que el impacto ha sido menor a lo esperado.
Si bien el PIB exhibió una mejoría en su ritmo de crecimiento, la junta de gobierno del instituto central consideró que fue derivado del mayor dinamismo de la demanda externa, “toda vez que el gasto interno todavía no muestra señales claras de recuperación”.
El director general de análisis económico de Banorte-Ixe, Gabriel Casillas, indicó que desde el principio del año ellos no estaban muy optimistas sobre el impacto que el gasto público pudiera generar en el crecimiento económico del país.
Comentó que para 2014 esperaban una contribución de este instrumentos de política fiscal de 0.4 puntos porcentuales del PIB; sin embargo, la cifra se contrarrestaría con los efectos negativos de la entrada en vigor de nuevos impuestos, que le sustraerían 0.5 puntos.
“Es decir, aun cuando el gasto público iba tener una incidencia en la economía, los impuestos generarían un impacto negativo, de tal manera que por la reforma hacendaria nosotros estimamos una disminución de 0.1 puntos al PIB en este 2014”, detalló.
Añadió que el gasto público tiene por lo general un rezago de entre seis y siete meses, por lo que es probable que ya se note en la dinámica económica entre junio y julio.
Lentitud en dependencias clave
Uno de los factores que explicaron el menor impacto del gasto público en la economía fue la lenta ejecución del presupuesto en dependencias clave, como la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT).
A la dependencia se le aprobó un presupuesto de 117 mil 613 millones de pesos (mdp) para ejecutar este año y hasta mayo sólo ha erogado 33 mil 729 mdp, lo que significa un avance de apenas 29%.
Eso la convierte en la segunda dependencia con menor ritmo de avance del gobierno federal, sólo debajo de la Procuraduría General de la República; sin embargo, la importancia de la SCT radica en que es a través de ella donde están orientados grandes recursos para la infraestructura, obra pública, modernización y mantenimiento de carreteras, entre otros.
Expertos consideraron que uno de los grandes problemas es que los proyectos de infraestructura tienen que pasar por trámites burocráticos y licitaciones que hacen que la ejecución del presupuesto de dependencias como la SCT tengan un lento avance y en consecuencia la contribución del gasto público a la economía no sea la esperada.
Del presupuesto total de la SCT, 92 mil 025 millones de pesos están designados para la inversión física, pero hasta el quinto mes del año sólo lleva ejercidos 22 mil mdp, es decir, 24%, contrario a su gasto corriente (sueldos y servicios), que en los primeros cinco meses del año ya lleva destinados 39% de los recursos que se le aprobaron ejercer.
El lento avance en el gasto de capital de la SCT le obligará a realizar mayores esfuerzos en los próximos siete meses para llevar acabo la ejecución del 76% restante de los recursos que tienen como destino algún proyecto de infraestructura.
Otras dependencias con un ejercicio menor a 40% de lo que se les presupuestó gastar en 2014 son las secretarías de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Gobernación, Defensa, Trabajo, Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano; Función Pública, Salud, SEP, Hacienda, Relaciones Exteriores, Desarrollo Social y Economía, así como Tribunales Agrarios y la Consejería Jurídica del Ejecutivo Federal.
Calidad del gasto
El director general del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria, Héctor Villarreal, dijo que el gasto público reportado por Hacienda da la impresión de que va bien, pero secretarías como SCT reflejan que no saben ejercerlo bien. Muchos de los proyectos de infraestructura en México se aprueban con una visión cortoplacista e impide que muchos planes cuajen por la prisa de ejercer los recursos.
“En la SCT pareciera que no saben gastar. Un periodo de un año en proyectos muy complejos es muy corto, porque en lo que haces licitaciones, abres concursos y ejecutas recursos pierdes muchos meses”.
El director general de la firma de consultoría Inteligencia Pública, Marco Cancino, coincidió que muchos planes y obras de infraestructura se atoran a inicios de año por trámites burocráticos que hay que realizar para echarlos a andar.
Esto lleva a que en los primeros meses se ejerza de manera lenta, pero avanzado el año los recursos fluyen de forma más acelerada a fin de evitar el subejercicio y se castigue por no erogar los recursos.
Añadió que mientras el país tenga un mercado interno débil, difícilmente el gasto público tendrá mayor contribución al crecimiento.
Las limitaciones
La directora del Observatorio Económico México ¿Cómo Vamos?, Viridiana Ríos, dijo que entre las razones del por qué no contribuye el gasto público al dinamismo económico puede ser que la inversión se está atorando o porque no es el instrumento que mueve al PIB, sino la inversión privada.
“Una de las razones por la que la economía no ha crecido es porque la reforma fiscal restó la capacidad de los consumidores, y parece contradictorio que Hacienda diga que hay un aumento en el gasto público cuando no vemos que en la demanda agregada, al menos en el consumo y la inversión, haya mejora”.
También explicó que el gasto público federal parece fluir de una manera correcta; sin embargo, la erogación de recursos a escala estatal y municipal ha estado decreciendo