Fundación Cinépolis invirtió alrededor de 110 millones de pesos en 2012, en sus programas de responsabilidad social, comentó la directora de la organización, Lorena Guillé-Laris.
Aseguró que más de 50 empresas colaboraron con ellos para atender los tres proyectos que atienden: salud visual, educación a través del cine y entretenimiento con sentido. Los recursos invertidos en ellos se dividen en 37% económicos y el resto son en especie.
Guillé-Laris platicó que la fundación tiene ocho años de existencia, y ha logrado regresarle la visión a casi 20 mil personas de bajos recursos, en 18 estados del país.
Reconoció que la cadena de cines logra reunir más de 20 millones de pesos a través de donaciones de las personas que acuden a las salas, quienes ofrecen una cooperación de cinco pesos, que son destinados a los programas de la fundación.
En el marco de la primera cumbre Un Millón de Jóvenes por México, dijo que la empresa combinó el área de responsabilidad social con su modelo estratégico de negocio, para lo cual utiliza más de 3 mil salas de cine que tienen instaladas en 11 países, donde dan empleo a más de 18 mil jóvenes con edad promedio de 24 años.
Mayor organización
La directora de la Fundación, Lorena Guillé-Laris, comentó que en México sólo existen 20 mil organizaciones sociales registradas.
De acuerdo con los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), al año 2005, 66% de los habitantes del país afirmó donar recursos para diversas instituciones; sin embargo, sólo 29% trabajaba activamente por las causas, refirió.
Exhortó a los jóvenes que asistieron a la cumbre a luchar por sus metas, ya que aseguró, “no será fácil, pero si se desea se puede lograr”.
“Nos damos cuenta que pensar diferente no es fácil, que quieres cambiar a México, pero no tienes los recursos para hacerlo, que depende de muchos factores, de la voluntad política, de una comunidad, de conocer en dónde quieres operar y eso es un largo viaje”, dijo.
Llamó a los asistentes a conocer la realidad de la sociedad que les rodea, debido a que sólo de esta manera se puede ser consciente de lo que pasa.
Además, “nadie es indiferente a lo que ya conoce”, y como ejemplo dijo que alguien que acude a la Sierra y ve las condiciones de vida de la gente de ahí, tendrá otra visión del problema, lo mismo ocurre con las personas en situación de calle. “Hasta no tener claro el problema no se puede ayudar”, dijo.