Si eres emprendedor por primera vez, es casi seguro que también seas romántico. Carol Roth, inversionista y autora del libro bestseller La ecuación emprendedora (“The entrepreneur equation”), asegura que muchos se sienten arrollados por la “noción de cuento de Hollywood” alrededor de emprender.
Por ejemplo, piensan que si aman hornear cupcakes, deberían de abrir su propio negocio de ello. Sin embargo, la realidad es muy diferente.
“De hecho, difícilmente pasarás tiempo horneando cupcakes y quizá necesites contratar a alguien para que lo haga por ti, para que tú puedas enfocarte en operar tu negocio. Date cuenta de cómo es abrir una empresa antes de que empieces, es clave”, señala la experta.
En este mismo punto coincide Vincent Spinoza, director nacional de operaciones en Endeavor México, ya que asegura que muchos de los que inician tienen pronósticos muy favorables a la solución del problema que creyeron encontrar, por lo que piensan que su producto o servicio dará resultados casi de manera inmediata.
“El problema que tienen muchos emprendedores es que son multimillonarios al mes cuatro porque planean con variables muy optimistas”, explica Speranza.
Sin embargo, la realidad es muy distinta. El estudio realizado por Fuck Up Nights y el Instituto de Emprendimiento Eugenio Garza Lagüera llamado El libro del Fracaso arroja muchas luces sobre la falta de planeación previa de un emprendedor, lo cual deriva a su vez en el fracaso.
La primera causa que fue identificada por este análisis es la falta de ingresos para subsistir, lo que quiere decir que los emprendedores “no midieron el tiempo que tardarían en alcanzar el punto de equilibrio y empezar a generar ingresos lo suficientemente buenos como para poder vivir de ellos”. Es decir, ¡no planearon bien!
Así que si pensabas que tu empresa te va a dejar ingresos a partir del tercer mes estás, básicamente, creyendo que el mundo de color de rosa.
“El típico consejo que te dan de ‘no pongas un negocio si no tienes para pagar tu renta, comida y transporte por seis meses o un año’ nadie lo sigue. Entonces el emprendedor tiende asumir que el negocio en el mes cuatro o cinco le va a dejar dinero para que se pague el sueldo y eso no sucede”, explica Leticia Gasca, cofundadora del proyecto Fuck Up Nights.
La segunda causa que deriva en el cierre es la falta de indicadores y planeación. El documento identifica que las empresas tuvieron una planeación deficiente y que poco más de cuatro de cada 10 encuestados adolecieron de una previsión financiera adecuada.
A planear
Los números indican que el talón de Aquiles de los emprendedores suele ser precisamente la planeación.
En este mismo sentido, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) también señala como errores más comunes que las Pymes cometen los relacionados, en concreto, con la falta de una cultura empresarial, lo que deriva en una carencia de análisis estratégico que señale las oportunidades y retos a los que se enfrenta la nueva empresa.
Hay un concepto toral en cuanto a la planeación y se llama capital de trabajo. Éste es el costo de operación de un negocio antes de que empiece a generar ventas.
“Esto la gente no lo considera por eso se les acaba el dinero mucho antes. Piensan que abren y las ventas salen solas, pero no, debes de planear como si no tuviera ninguna venta a partir de ese momento hasta varios meses después”, explica Speranza.
Así que si piensas emprender, necesitas prever todos los gastos que se realizarán así como los riesgos a los que se enfrentará tu empresa a través de la elaboración de un plan de riesgos.
El costo de no tener uno es alto. 95% de las empresas cierran por una falta de planeación y análisis de riesgos, según datos ofrecidos por la consultoría PWC. Los riesgos pueden ser de carácter estratégico, de cumplimiento, financieros, operacionales, ambientales, etc.
Otra de las recomendaciones es que cuando una persona decide dar el salto de convertirse de empleado a emprendedor, tiene que sentarse con su familia para explicar sobre las implicaciones de abrir una empresa.
“Muchas veces dar el salto implica no recibir la nómina cada quincena, no tener vacaciones planeadas, pagar varios compromisos antes de pagar tu sueldo. Uno tiene que cambiar su forma de ser y tiene que hacer consciente de ello a su familia”, explica Vincent.
Lanzarse a emprender es un proyecto a largo plazo así que prepárate.