México registra alrededor de 3 millones de operaciones de envíos de paquetes y mensajería al año, y que son parte de operaciones de compra-venta; sin embargo, las autoridades fiscales han detectado irregularidades porque no se registran como comercio, se falsean facturas, se registran a menor precio o llegan subvaluadas.
Mediante este tipo de operaciones ingresan a territorio mexicano calzado, confecciones, juguetes, electrónicos y accesorios, principalmente.
El titular de la Administración General de Aduanas (AGA), Ricardo Treviño, comentó que del total de productos que entra al país por paquetería y mensajería, 65% lo hace sin pagar impuestos, porque declaran ser operaciones menores a 50 dólares, que es el monto máximo permitido para importar libre de gravamen; sin embargo, no hay detalles de la operación.
Este tipo de irregularidades motivaron a que la autoridad fiscal prepare una regulación en lo que resta del año para imponer más controles en esta actividad, sin entorpecer el comercio, explicó el funcionario en entrevista con EL UNIVERSAL.
Dijo que las cifras datan que el comercio mediante mensajería y paquetería crece a tasas anuales de dos dígitos. En 2014, el valor de las operaciones llegó a 580 millones de dólares, dos años después subió a 702 millones.
En 2016, el valor de las operaciones ascendió a 702 millones de dólares.
“Estamos viendo que el comercio mediante mensajería y paquetería está creciendo radicalmente, mucho más que el comercio exterior”, expuso Ricardo Treviño.
El titular de Aduanas del SAT comentó que en cuanto a operaciones, esta actividad es casi 20% del total del comercio exterior, porque son 3 millones de operaciones de comercio electrónico, respecto a las 17 millones de transacciones de compra-venta internacional “tradicionales”.
El funcionario admitió que sin una regulación y ante las ilegalidades que se registran, se está aplicando un modelo de riesgo para detectar irregularidades y proceder conforme a la ley.
Ricardo Treviño mencionó que este tipo de operaciones irregulares las detectó la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
“Hacen falta controles y regular la parte de las funciones donde México es más activo. El debate está en las formas y cómo regularlo”.
Si bien dijo que tienen casos particulares, no quiso detallar sobre ellos.
Aseguró que la autoridad quiere contar con información exacta sobre las transacciones, y evitar irregularidades, porque la “subvaluación y la subfacturación existen”.
La AGA elabora la regulación que se aplicará al comercio electrónico bajo diversas premisas: se mantendrá el valor de la franquicia que todo mexicano podrá importar libre de impuestos en 50 dólares y de 300 dólares si se hace por el Servicio Postal Mexicano.
Si se llega a rebasar esa cantidad, las operaciones deben pagar los impuestos correspondientes.
La gran diferencia es que una operación de mensajería y paquetería que utiliza franquicia, se considera más cuando se envían bienes de un lugar a otro y en la que no hubo una transacción comercial.
Sin embargo, el comercio electrónico significa que hubo una operación de compra-venta y hay obligación de pago para recibir un bien, pero en todo caso las operaciones las pueden hacer empresas de mensajería como Fedex, DHL, o el Servicio Postal Mexicano.
Con la regulación se sabrá cuáles son los envíos y productos sensibles, y se “conocerá la trazabilidad de los bienes. Quién, qué y a dónde importa”.
Es decir, habrá mayores controles de manera que se tengan datos sobre qué se importa y cómo llega al país un producto, lo que implica hacer un rastreo de los datos, pero sin que perjudique el comercio, esto significa “encontrar el equilibrio entre controles y no provocar un impacto negativo”.