Eres el jefe y no tienes ganas de ir a la oficina. Tampoco de escuchar lo que tus colaboradores tienen que decir. Prefieres pensar en otras cosas mientras estás en horas de trabajo y no estás rindiendo lo que deberías. No sabes por qué, pero sientes un desánimo que no te hace rendir lo que deberías. Esto, por desgracia, no es una excepción sino más bien algo común que suele pasarles a los trabajadores no sólo en México, sino alrededor del mundo.

La desmotivación laboral es un escenario en el que viven una gran parte de trabajadores a escala mundial.

De acuerdo con la consultoría Gallup, sólo 13% de los trabajadores está activamente comprometido con lo que hace. El resto es potencialmente un agente que puede volverse tóxico para la organización.

Esta consultoría asegura que el mundo tiene una “crisis de compromiso de los empleados”, la cual repercute de manera seria en la economía mundial. Así, la desmotivación y el poco compromiso es una constante en el mundo laboral y de éstas no se escapa nadie, ni siquiera aquellos que tienen posiciones de liderazgo.

Si es una cuestión preocupante en cualquier empleado, quizá lo sea más para alguien que tiene gente a su cargo, porque varios estudios han demostrado que la desmotivación se contagia fácilmente del jefe hacia sus subordinados.

Si esta es tu situación es hora de indagar qué es lo que te está pasando antes de que tu equipo se contagie.

En este sentido, una investigación de Gallup titulada State of the American Manager encontró que la manera en la que se siente un jefe repercute directamente en la forma en la que su equipo enfrenta el trabajo, y es que la motivación del personal depende en una gran medida del jefe que se tenga: Los gerentes representan al menos 70% de la variación del compromiso de los empleados y éstos a nivel global, están muy poco motivados.

“Hace sentido pensar que la mayoría de los gerentes no están creando ambientes en los cuales los empleados se sientan motivados o incluso cómodos”, explica el estudio.

¿Por qué ocurre esta relación tan directa entre lo que siente uno y el otro? Porque los gerentes están encargados de las tareas esenciales para el buen funcionamiento de un equipo, tales como fijar las expectativas, dar retroalimentación constructiva, fomentar el crecimiento y desarrollo y en general, de hacer todo lo necesario para construir equipos fuertes.

Quienes generan toda esta interacción con su equipo construyen equipos fuertes mientras quienes no lo hacen de alguna manera lo reflejan y logran que sus colaboradores repliquen estas conductas. A esto se le llama el “efecto cascada”, el cual consiste en que el compromiso de estos colaboradores está influenciado directamente por el que sientan sus jefes.

Quienes tienen jefes altamente comprometidos son 59% más propensos a estarlo que aquellos que tienen a la cabeza a alguien desvinculado con la organización. Pero la cascada no empieza ahí, sino viene desde niveles superiores.

Este estudio encontró que los gerentes que están a su vez liderados por un equipo directivo motivado por su trabajo son 39% más propensos a sentir ese compromiso y motivación.

Qué es y qué hace

¿Qué es la desmotivación laboral de un empleado? Ya sea jefe o subordinado, la desmotivación puede ocurrirle a todos y consiste en la “renuncia mental”, es decir, en el “rechazo mental y silencioso del trabajo dedicado”, explica un glosario de CareerBuilder.

Un trabajador desmotivado cubre lo que le toca sin esfuerzo adicional, se ausenta regularmente del trabajo debido a enfermedades menores, tiene comentarios sarcásticos acerca de la situación del trabajo, carece de iniciativa, es pasivo, no está interesado en el desarrollo de carrera y le invaden los intereses personales durante el día de trabajo.

Si no habías entendido qué pasaba con tu equipo que estaba desmotivado y éste es tu caso, necesitas poner manos a la obra.

Ojo, no es que no sea válido tu sentir ni que no deberías sentirte así. Seguramente existen condiciones que te han llevado hasta este punto, pero si deseas mejorar la relación con tu equipo y que éste falle, es necesario que lo resuelvas.

“Se vale estar desmotivado, pero lo importante es cómo lo manejas con tu gente”, explica Arleth Leal, directora asociada de Red Ring.

Es importante mencionar que una recomendación importante es la de no comunicárselo a tu equipo. Podría parecer abierto y comunicativo, pero hacerlo muy probablemente no tendrá un efecto positivo. “No es lo más recomendable porque las personas lo pueden tomar de forma negativa”, asegura la especialista. Y es lógico: Con un líder desmotivado, es muy fácil desmotivarse. Si tu jefe no tiene ganas de venir a trabajar, ¿qué ganas podrías tener tú de hacerlo con los mejores ánimos?

Ponte en su lugar.

Es por eso que aunque tengas el deseo de comunicarle a tu equipo que estás pasando por una situación de este tipo, no lo hagas y mejor trates de resolverlo de manera privada y con ayuda de profesionales para que no les transmitas tu desmotivación.

Estos jefes llegan tarde, no trabajan para cumplir los objetivos, están pensando en otras cosas. Suena obvio, pero es posible estar trabajando bajo esta dinámica sin siquiera darse cuenta de ello, así que si tus actitudes coinciden con las de un empleado desmotivado, empieza por aceptarlo.

“Lo primero es que logren identificar que están viviendo una situación de este tipo en el trabajo y que puede ser negativo”, asegura la especialista. Lo siguiente es identificar por qué pasa esta situación. Hay muchas razones que pueden desmotivar a un empleado, entre éstas, una falta de visión de carrera, es decir, una falta de objetivos y de metas a largo plazo.

Esta carencia de objetivos puede derivar en una inseguridad laboral que se origina de la falta de visión de carrera y que hace sentir a la persona sin seguridad ni longevidad en sus roles, explica un texto de la reclutadora Michael Page.

Otro de los motivos es la falta de reconocimiento, o más bien, el sentimiento que puede generar la percepción de que el trabajo no es lo suficientemente reconocido.

La falta de oportunidades de desarrollo, un liderazgo pobre, situaciones de acoso o conflicto o una carga excesiva de trabajo son causas que originan la desmotivación laboral.

¿Ya identificaste qué es lo que te está sucediendo a ti? Si es así, el siguiente paso es acudir a tu líder para entablar conversaciones que puedan resolver esta situación. Ya que lo platicaste con tu jefe, es importante acudir al área que le corresponde resolver estas situaciones para que juntos puedan tomar cartas en este asunto.

“Es importante acudir al área de recursos humanos, para determinar si hace falta capacitación, si se necesita revisar los planes de vida y carrera, si hace falta integración o si hay un mal clima laboral. Es una situación que es muy común en las organizaciones y que impacta en su productividad”, asegura la especialista.

Si la razón de la desmotivación o del poco rendimiento laboral no tiene que ver con ninguna cuestión de trabajo y más bien se relaciona con una situación personal que está afectando la parte emocional, la recomendación es acudir con un especialista que pueda apoyarte con este momento de tu vida.

Google News

TEMAS RELACIONADOS