Aunque hoy entra en vigor la liberalización de los precios de la gasolina en todo el territorio nacional, la Secretaría de Hacienda mantendrá injerencia sobre las cotizaciones al público lo que resta del año y en 2018.
Mantendrá el estímulo fiscal que aplica a los combustibles, para amortiguar variaciones abruptas de las referencias internacionales y el tipo de cambio, y para evitar un impacto inflacionario.
Esto quiere decir que aunque el precio de los combustibles en Estados Unidos llegara a subir de forma brusca o el dólar se fortaleciera más frente al peso, encareciendo las importaciones de gasolinas que México hace de ese país, el mecanismo de Hacienda suavizará ese impacto.
Lo que deja de anunciar Hacienda son los precios máximos, es decir, la cotización más alta que pueden vender las distintas estaciones de gasolina en el país.
Proceso electoral no interviene.
El titular de la Unidad de Política de Ingresos no Tributarios de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, Eduardo Camero, descartó que este estímulo vaya a estar determinado por cuestiones políticas, considerando que las elecciones presidenciales se cruzan en este proceso.
Será la próxima administración federal la que decida si concluye con estos estímulos o no, dijo.
Por lo pronto, el costo fiscal por este estímulo asciende a 42 mil millones de pesos en 2017.
Adiós gasolinazo.
A diferencia de lo que sucedió entre el 31 de diciembre de 2016 al 1 de enero de este año, cuando la gasolina Magna pasó de 13.98 a 15.99 pesos; la Premium, de 14.81 a 17.79, y el diesel, de 14.63 a 17.05 , no se prevé un ajuste tan fuerte en 2018.
Camero explicó que van a continuar con el mecanismo de estímulo semanal al IEPS con el fin de evitar impactos al usuario.
Dijo que en las zonas donde el precio de la gasolina se liberalizó no se observó ningún movimiento fuerte.
El analista del Grupo Caraiva y Asociados, Ramsés Pech, reconoció que la medida que aplicará el gobierno busca no repetir el descontento que se observó a principios del año.