Prácticamente durante todo septiembre, Petróleos Mexicanos a través de su filial Pemex Transformación Industrial (TRI), mezcló para su venta en la Zona Metropolitana del Valle de México gasolina Regular y Premium importada que no cumplía con normas de calidad nacional del combustible producido en el país, como “medida de emergencia para no poner en riesgo el abasto por el impacto del huracán Harvey”.
De acuerdo con la Comisión Reguladora de Energía (CRE), fue necesario autorizarle a la petrolera la compra de 25 cargamentos de este tipo de combustible procedentes del Caribe, Nueva York, Europa, Asia y África, toda vez que “aun haciendo su mejor esfuerzo, le fueron cancelados 18 embarques de gasolinas, diesel y turbosina durante la contingencia en el estado de Texas”.
La gasolina Regular (similar a la Magna) que se distribuyó en septiembre tenía contenido de oxígeno y presión de vapor distintas. La Premium tuvo un número de octano y contenido de olefinas distintos a lo que exige la norma.
Para obtener el permiso, Pemex TRI reconoció que desde el 13 de septiembre de 2017 hubo condición de “emergencia para el suministro de gasolinas tipo Regular en el Valle de México, por inventarios críticos”.
La existencia de la fuerza mayor para el suministro de este producto afectó la zona de influencia de las Terminales de Almacenamiento de Azcapotzalco, Añil, San Juan Ixhuatepec y Barranca del Muerto. En la Premium se afectaron las mismas zonas.
Consultada al respecto, Pemex dijo que “nunca vendimos gasolinas fuera de la norma. Por la emergencia suscitada y a fin de garantizar el abasto a nivel nacional, realizamos importaciones de combustibles con especificación diferente, pero [para] mezclarse con producción nacional”.
Pemex TRI había solicitado también vender estos combustibles fuera de especificación en el sureste del país, Guadalajara, Toluca y Querétaro tomando en cuenta que las terminales de almacenamiento de Veracruz, Campeche, Puebla, Tabasco, Yucatán y Quintana Roo, El Castillo, Zapopan, Toluca y Querétaro disponían de inventarios críticos, pero la CRE le negó la autorización para evitar “contaminación al medio ambiente que se genera al suministrar productos con especificaciones diferente”.